lunes, 16 de diciembre de 2013

Mil veces.

Qué desdicha perderte en estos tiempos, sin poder encontrarte y que seas tú.
Y es que te encontraré mil veces más, pero incompleta. 
Tal vez un día encuentre en un extraño tu sonrisa, pero no tendrá tus ojos.
O tal vez encuentre tus ojos, pero no tendrá tu voz.
¿Qué afán por hacerme desvariar de esta manera, amor?
Si lo único que alguna vez quise fue quererte y perderme en ti con la menor provocación.
En cambio, lo que obtuve fue perderte enteramente.
Vuelve a acariciarme con tus ojos, vuelve a sonreírme con tu voz.
Vuelve a llenar de luz este monzón que se acerca, que no cede.
Cree en mí, vuelve a mí; déjame encontrarte completa una vez más.

domingo, 15 de diciembre de 2013

Amor de noche.

No quiero ser tu amor de noche.
Llámame en la mañana. Los amores de noche tienden a olvidarse una vez que sale el sol.
Fuiste mi amor de madrugada; tal vez es por esa sencilla razón que no logro olvidarte. Estuviste justo en medio de la noche y el despertar de un nuevo día.
Qué situación tan curiosa, esta de no poder dejarte de pensar sin poderlo expresar.
Me colocas tantas limitaciones que no sé por dónde empezar. 
Baja la guardia ya, o dime de una vez por todas que no soy quien creo que soy. 
Líbrame del engaño y déjame ser libre una vez más.
Amor de madrugada, libérame y te juro que nunca te voy a molestar...

lunes, 9 de diciembre de 2013

Tragedia.

Quise escribir una tragedia y la primera línea fue tu nombre.
Es que eres así, la mejor tragedia que he podido descubrir.

sábado, 7 de diciembre de 2013

Ritmo

Nos hemos acostumbrado ya a este ritmo,
a este ritmo desfasado en el que tus pasos no van con los míos.
A estas sonrisas que sonríen solas, sin compañía.
A estas casas que no tienen tu presencia,
ni la mía para hacerse compañía.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Tangente.

¿Cuántas veces nos imaginamos en otro tiempo, en otro lugar? ¿Cuántas veces dijiste que nunca nos íbamos a separar, para al final darte cuenta de que no se podría cumplir (o al menos no en el tiempo que pensaste)? De nada sirvieron las promesas, tuviste que alejarte y volver, después de haber pensado todo lo que tenías que pensar. Después de abandonar toda esperanza de poder reconstruir aquello que aún no se destruía por completo. ¿Cuántas veces pensaste en mí después de eso? ¿Una, dos, tres veces? Me atrevo a decir que evité pensar demasiado en ti; porque me dolías, porque no comprendía, porque no quería comprender. 
Claro que yo tuve distracciones, pero eso no me alejaba de pensar en ti, en tu vida, en la vida que queríamos y ya no podía ser; en la decisión definitiva de no volverte a ver, de no volver a hablar, de no volver a reír contigo. ¿Realmente creíste que había sido en vano todo lo que trabajamos para estar juntos? Me parece bastante ilógico que botaras todo de un día para otro; aunque encuentro más ilógico aún que en realidad nunca me enteré de qué había pasado, qué te había alejado, qué podría haber hecho para arreglarlo. Cero, nada.
¿Qué te hizo pensar que te quería lejos? ¿Qué te hizo alejarte sin más cuando tenía más necesidad de tu presencia? De ti, de tu risa, tu voz, tus abrazos, tus manos.
Después de tanto tiempo estando alejados, volverte a tener (aunque fuera en cantidades mesuradas) cambió mi idea equivocada de que ya no te necesitaba ni te necesitaría. Qué tonta fui al pensar que ya no te quería. Un año no fue suficiente para contrarrestar los otros, ¿qué? ¿Cuatro, cinco años? Imposible, qué falsa percepción la mía.
Te quiero, con todas tus faltas y tonterías. Y a pesar de todo, no puedo dejar de pensar en esa alternativa; en que aun en esta vida, exista una vía de retorno que nos acerque a lo que pretendíamos hace unos años.

martes, 19 de noviembre de 2013

Trece.

Con el alma desenvainada, me dispuse a escribir líneas que tal vez nunca llegarán a su destino.
Trece líneas que podrían resumir lo que en repetidas ocasiones he querido decir y nunca he podido articular.
Recuérdame; recuerda lo que era estar, solo estar. Sin nada más, sin siquiera hablar; sólo estar.
El dolor que siento en el pecho cuando oigo tu nombre -aunque no seas tú, siempre será tuyo-, al parecer nunca se irá. Ese sabor metálico que me llena la boca si lo pronuncio.
Tú no piensas en mí, ¡qué va! Solo yo soy lo suficientemente inocente para pensar en ti. Lo suficientemente invidente para enumerar tus cualidades sin reparar una sola vez en tus defectos.
Que te quiero y que he intentado dejar de hacerlo, solo para darme cuenta de que es me es imposible por el momento.
Que te extraño y que odio hacerlo porque sé que tal vez no lo mereces.
Que tú estás bien sin mí y que me niego a aceptarlo porque yo no me siento tan bien sin ti.
Y, sobre todo, que quisiera que supieras todo esto; y que lo más probable es que nunca lo harás.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Jueves.

Tú me hiciste contar los días.
Yo no quería estar consciente de eso, yo no quería saber qué tan rápido pasaba el tiempo, yo quería disfrutarlo hasta que se acabara, lo que sea que desencadenara.
Pero ya es demasiado tarde, después marcaba los días en el calendario; contaba las horas que pasaba contigo y las que faltaban para volverte a ver, incluso antes de dejar tu piel. Ya es demasiado tarde, ahora recuerdo con claridad cuándo fue. Fue un día de mañana, alrededor de las 9:30; tú en una banca y yo en una macetera. Era jueves.
Y a pesar de todo eso, a pesar de todo. Cada vuelta del planeta la hemos vivido lejos. ¡Qué ironía!, ¿no lo crees? Tanto tiempo contando los días para un evento que no se celebrará como debería.
Qué ironía.

lunes, 4 de noviembre de 2013

No puedo tocarte sin perder una parte de mi alma otra vez; es por eso que espero que me entiendas cuando te digo que te quiero, pero no te puedo.

17.11

La noche tenía un aroma dulzón. 
Era tarde ya para irme a casa. Debía irme a casa en ese instante, pero tu voz, tu tono, esa manera de decirme "ven conmigo" traían consigo algo a lo que no me podía negar.
Y acepté -¿por qué acepté?- irme contigo, a aquel lugar que nos vería amanecer unos cuantos meses después. Acepté seguirte ese día y, sin darme cuenta, firmaba una sentencia de por vida. ¿Cuántas veces recorrí esos pasillos? Puedo nombrar sin problema las veces que me senté en el sofá café. Las sillas del comedor que siempre me recibían al entrar. La campana al llegar. Las veces que nunca toqué el timbre porque tú ya estabas ahí antes de que pudiera hacerlo.
¿Qué había ahí para mí? Además de ti, claro está.
Me parece casi imposible concebir que seas la única razón que me ata a ese lugar. A este lugar. A este empecinamiento de regresar, de encontrar qué es lo que tengo que solventar. A esta incertidumbre de adivinar lo que pasa por tu mente. 
Podría soltar una carcajada al analizar todo esto. Una carcajada sincera que, al mismo tiempo, me inunda de ganas de llorar.
¿Qué eres? ¿Qué fuiste? ¿Qué siempre serás?
Era un diecisiete.

sábado, 7 de septiembre de 2013

Am I the one you think about when you're drunk?

Do you think of me?
When you're alone and unoccupied
Does your mind drift and leads you to me?
Do you even remember?

Did you ever love me like you said?
I know I did
I know I did you wrong
But my dear, we're only human

Do you think about me when you're drunk?
When your conscious and unconsciousness merge
And you have no choice but to follow them?
Do you think of me?

Do you say my name by chance?
Naming someone else
Saying something else
Does my name find a way between them?

Does everything around you remind you of me?
Don't lie, now
I'd be lying if I said it happens to me
But once in a while, your face appears out of thin air

Somewhere not supposed to remind me of you
Do you care?
Do you dare?
Let us try again

Am I the one you think about when you're drunk?
I guess I'll never know
The only thing I know for sure:
I'm not the one you talk with when you're drunk.

domingo, 1 de septiembre de 2013

No te enamores de mí.


Si no quieres enamorarte de mí, no me beses. No me veas, no me hables. No me permitas entrar, porque una vez adentro me rehusaré a salir y, en el medio de todo, tú tampoco lo querrás.

sábado, 24 de agosto de 2013

Cosas prohibidas.

Fue una tarde de esas; de pensar en cosas perdidas, en cosas prohibidas, del amor de una vida, de tu cuerpo, de tus labios, de tus besos, de tu aroma…y tú.

viernes, 23 de agosto de 2013

Soneto de despedida

Me dijiste una vez que me ibas a romper el corazón
te pedí que no fueras un maldito
cliché, pero entonces me dejaste porque parte
de ti aún estaba rota. Dices que un hombre
abrió de par en par las grietas en ti, cavó hoyos donde
alguna vez no había ninguno, así que ahora simplemente no puedes
amarme como lo merezco, y querida, ahí
se encuentra el problema: sí puedes sí puedes
sí puedes sí puedes sí puedes sí puedes sí puedes.
Tus por qués no son lo suficientemente buenos.
Dijimos que no deberíamos enamorarnos y entonces
nos mostramos mutuamente nuestras más silenciosas
cicatrices: mis muñecas, tus muslos, y ahora dices
lo siguiente tan fácilmente: dices que no puedes quedarte.



From http://bit.ly/189eOgx

lunes, 15 de julio de 2013

Consideración.


"Ten consideración", le dije. No sé por qué, si nunca la había tenido; quizá esperé que esta vez fuera diferente, que después de ver todo lo que destruyó a su paso, ya no querría hacer lo mismo.
"Consideración", dije yo. Y en sus ojos me pareció ver una sonrisa. No le di la importancia que tal vez merecía; he ahí mi error. El querer pensar que no iba a volver a pasar, el asumir que todo iba a cambiar esa vez, y la caída...cuando resultó que seguíamos el mismo patrón hacia la destrucción.
Qué mal sabor me deja en la boca ese nombre que alguna vez engendró sonrisas. 
De ella, la única respuesta que alguna vez obtuve fue "te quiero". "Te quiero", te quiero ¿qué? ¿Querer? ¿Desechar? ¿Arruinar? ¿Apoyar? No sé que querías hacer de mí, no sé qué quieres hacer de mí ahora.
Y después te fuiste, como siempre, como nunca, como ayer. 
Después de huir, regresaste a desordenar todo, como si no hubiera sido suficiente la primera vez.

sábado, 29 de junio de 2013

Odio.


Odio tu cabello, estas cicatrices que dejaste en mí, todas causadas por tus altos y tus bajos. Odio tu voz, odio tu calle, tus rumbos, tu olor que sigue guardado en mí. Odio tus cejas, odio tu nariz; detesto tu sonrisa. Odio tus secuelas, las escenas que de pronto regresan sin que lo pida. Tan tuyas, que hasta en eso se parecen a ti.
Odio tus cartas, las que escribiste y las que jugaste. Odio tu teléfono, las películas que vimos, muchas cosas que compartimos. Odio la tienda de la esquina, odio los cigarros que compré para ti, los que fumamos y los que desperdiciamos. 
Odio tu color, odio tu sabor, odio tus apariciones repentinas.
...Y odio tu nombre furtivo que de vez en cuando pronuncio sin notarlo.

sábado, 22 de junio de 2013

Al aire.

¡Hola!, ¿cómo estás? Me parece que te he visto antes, aquí, en este mismo camino. ¿No eras aquel signo que decía "alto"? ¡Sí, exacto! ¡Eras tú! Vaya, si tan solo te hubiera hecho caso...pero bien, a mí no me gusta seguir las reglas de conducta normales. Oye, para, sonríe de nuevo...oh, tal vez no eras tú, yo no reconozco esa sonrisa, ¿no tienes otra diferente? Inténtalo, vamos, debo saber si eres tú.
...
¡Ahí está! ¡Para, para! Perfecto, esa sonrisa era mía, ¿quién la tiene ahora? Ah, no conozco ese nombre...pero ¡qué fortuna la suya! ¿Sería incorrecto pedirte que se la arrebataras? Fue mía antes y quiero volver a tenerla. ¿Te parece excesivo? Disculpa, no pretendía sonar insistente. ¿Al menos podrías decirme que lo considerarás?, te lo agradecería mucho.
Verás, yo no he encontrado ya una sonrisa similar y ¡vaya que ya he caminado bastante! Es bueno verte de nuevo, aunque estés un poco diferente; supongo que yo también lo estoy, uno cambia después de caminar tanto y tropezar bastante. Como puedes ver, aún tengo heridas sin cerrar en mis brazos y rodillas, hace poco tuve un accidente y no me he podido recuperar del todo. Esa sonrisa es un buen antídoto, como siempre.
Y bueno, veo que una vez más te alejas de mi camino, espero que sigas considerando lo de la sonrisa, me ayuda en tiempos difíciles. También espero encontrarte más adelante, tal vez por accidente. Eso lo hace más interesante, ¿no crees?
Cuídate mucho, eres importante, nunca lo olvides. Cuando pienses que nadie puede ayudarte, recuerda que tu sonrisa alguna vez alegró a un extraño que te encontraste por obra del azar o del destino. No es la primera sonrisa que ayuda a alguien, claro, pero es bastante importante para este caminante.
Te quiero, no lo olvides. Por más que tropieces, no me olvides. Llévate esta foto y llévate esta conversación...tal vez en otro momento la necesites.

viernes, 21 de junio de 2013

Ayer, Hoy y Mañana.

No, no. No quiero saber de dónde vienes, tampoco cuánto tiempo te vas a quedar.
Si esta noche estás aquí, vamos a aprovechar.
El tiempo no nos va a esperar, ese no espera a nadie; es un poco impaciente.
¿Tu nombre? No, no me interesa tampoco. Para mí, tu nombre es HOY; si te quedas otro día, tal vez te lo cambie a MAÑANA.
No sonrías así, Hoy, por favor. ¿Qué tal si Mañana llega mientras tú estás aquí y me distraigo?
Entiende que no puedo permitir eso; ya aprendí que lo nuevo es bueno y que, a veces, los Hoy se convierten en Ayer y mañana regresan a reprocharte.
Sí, yo lo sé, es complicado esto que te estoy diciendo. No fue fácil entenderlo la primera vez, te comprendo. Es solo que no quiero que todos esos Ayer regresen para perjudicarte, Hoy. No soy tan indiferente, debo tener consideración, pues tal vez y solo tal vez, te conviertas en Mañana en lugar de otro Ayer.
¿Ves? Solo somos horas. No, no me preguntes cuántos Ayer pueden tener unas horas, no estoy lista para esa pregunta todavía.
Disfruta la noche, Hoy; tal vez mañana no estés aquí.

miércoles, 19 de junio de 2013

Cambios.

Fuiste deliciosamente perfecta. Incluso en esos lugares que no te gustaban.
Yo te vi, y claro, no puedo decir que fue amor a primera vista. Eso ya me había pasado antes, ya lo conocía, ya sabía cómo se sentía; no, esto no era eso, pero ¿qué era? ¿Qué fue la conexión que sentí al mirarte? Al sentir tu presencia en un lugar concurrido, al encontrar tu mirada al fin.
No, no era amor a primera vista; yo ya te había visto, solo que nunca te había sentido.
Y en realidad solo te había presentido, cuando te sentí fue algo muy diferente. Fue eléctrico, fue paralizante, fue peligroso y emocionante...pero sobre todas estas otras cosas, fue algo nuevo.
Me hechizaste y no tuve más remedio que caer, elegí caer. Eras maravillosamente impactante, me gustaba mirarte, me gustaba sentirte. Me gustaba tomarte de la mano en lugares prohibidos, solo por esa sensación de peligro.
Fue fácil, eso. Fue fácil estar contigo, fue fácil dejar todo lo que conocía de lado y dedicarme solo a ti. Me pareció fácil perderme en todo lo que eras: eléctrica, paralizante, peligrosa, emocionante, nueva, impactante.
Era bueno lo que tuvimos, me hacía bien, me salvó de caer en lugares más oscuros y el que me escucharas de vez en cuando era una buena terapia.
Sí, fue fácil. Lo bueno fue fácil, pero cuando se acabó...ahí vino lo difícil.
Parecía que de lo que me habías salvado antes, ahora era inevitable; ahora venía por mí, sin importarle si yo iba a ello o no. Y era más rápido, así que me atrapó.
Ahí estuvo lo difícil. Y lo logré, después de mucho esfuerzo, logré soltarme de eso. Será lógico lo que diré ahora: eso fue de lo más difícil.
Pero lo que fue más difícil que todo lo demás, en realidad, fue aceptar que debía alejarme de ti.

lunes, 17 de junio de 2013

Irónico.

Es irónico que después de haber encontrado tanta felicidad estando a tu lado, pasados unos meses no encuentre la manera de mirarte a través de los muros que construí, después de haberlos derrumbado por ti. Quizá sea normal...pues vaya, cuando las cosas se rompen, aunque tratemos de arreglarlas, no quedarán igual.

Y tú me rompiste. De manera descomunal.

Es irónico cuando no puedo mirarte a los ojos, esos mismos ojos en los que me perdía y me volvía a encontrar una y otra vez cuando las cosas eran diferentes. Me parece que ahora me da miedo perderme en ellos, porque me da miedo volverme a encontrar.
Me desgasta un poco la paciencia ya no saber qué piensas ni quién eres en la actualidad, aunque tal vez sea lo mejor para poder estar bien. Es bastante irónico que el mismo sentido del humor que antes me hizo caer a tus pies, ahora me irrite a tal punto en que quisiera ya nunca escucharte.
Es irónico que ya sepa cómo controlarte, considerando que tu espontaneidad y descontrol era lo que más me atrajo de ti en el pasado.
Es irónico que me busques, siempre en el mismo punto, siempre bajo las mismas circunstancias, siempre con la misma excusa y siempre con la misma cantaleta.
Me siento a pensar en todo lo que ha cambiado ya para mí con respecto a tu vida y tu existencia, eres una parte de mí que está ya muy lejos de ser lo que solía ser antes, que se va y vuelve cuando quiere, pero cada vez que regresa, pierde un poco su intensidad. Podrías irte mil veces y regresar, pero quizá en la última vez, ya no te reconoceré...y es probable que tú tampoco me reconocerás.

Y, es irónico, porque al final, yo seguiré aquí sufriendo por ti, mientras tú te irás a sufrir por alguien más.

lunes, 10 de junio de 2013

Tus medidas

Coloqué mis manos frente al fuego para desenredar los pedazos de hielo que las cubrían. Vi desvanecerlos, convertirse en agua, y luego esperé a volverlas cálidas, para poder tocarte de nuevo.

Esa misteriosa ciencia que envuelve los momentos de decadencia y sofocación es tan predecible como cualquier otra. Quizá por eso nunca te advertí que cuanto más te conocía y pronosticaba tus actos y palabras más incoherente te volvías, y menos era mi intención por probar tus mil y un tactos asintomáticos. Dejé de desearte el día en que comprendí que no tenerte era un acto aun más sublime, por las mismas razones por las que Schopenhauer dijo que la felicidad no era más que la ausencia temporal de dolor.

Dejé de desearte por fin. Recolecté las miradas agudas y los cielos finitos que pintaste en la habitación, maldecí las alegrías que causaste y las tristezas que no me lloraste... si yo te hubiera tomado medidas, habría sabido hasta donde llegar.

Sin embargo, se marcaron todas las horas que te compartí en mi espalda, los días se hicieron fragmentos de espejos en los que se reflejaba todo menos la mirada que nunca te devolví porque nunca quise que me pertenecieras, solo quería estallar entre tus brazos, revolverte el corazón.

Te observé muchas veces cuando creíste que dormía, siempre supe que despertabas a media noche y me medías, recorrías con tus dedos la impaciente necesidad de mi piel, lo sabía perfectamente, tenías grabado ya cada espacio de mi cuerpo, fue por eso que solo hacíamos el amor por las mañanas, para evitar que disimularas que no sabias hasta donde podías llegar.

¿Por qué nunca apagaste la luz?



From http://bit.ly/11s81ej

martes, 4 de junio de 2013

Te quiero.

Te encontré, nos encontramos; quizá por destino o casualidad, no estoy segura de creer en alguna de las dos.
Te conocí, nos conocimos; me sorprendiste, me enganchaste. Me embriagaste con tu mirada, tu voz, tus sonrisas espontáneas, tu manera de vivir, tu manera de sentir. Quise evitar caer, pero al final me rendí; no pude resistir a tal tentación, era una prueba demasiado grande para mí. 
Te tracé, nos trazamos, te miré y nos miramos; respiramos el mismo aire y unimos nuestros caminos al fin.
Te quiero. No sé si por hoy, no sé si dure mañana. Te quiero por lo que eres y lo que soy (y estoy dispuesta a ser) por ti. Te quiero y no sé si solo esta noche; te quiero sin tapujos, sin borrones ni tachones, te quiero así, de fábrica, sin actualizaciones. Completa y absolutamente como eres. Te quiero con esa voz, con esa sonrisa, con esa mirada. Te quiero con ese aroma, te quiero con ese ritmo. 
Te quiero. ¿No te ha quedado claro?
Te quiero durante lo que nos toque coincidir, y te quiero después.
Te quiero ahora, te quiero aquí.
Te quiero luego, te quiero donde estés.

jueves, 23 de mayo de 2013

Tú no sabes quién eres.


Esta noche me dediqué a recordarte.
Elegí revivir los momentos que pasé contigo; los caminos que me hiciste recorrer junto a ti, caminos que eran completamente desconocidos para mí.
Eres grande en mi vida porque fuiste una de las primeras personas a las que les abriera mi corazón y les confiara mis secretos mejor guardados. También fuiste testigo de sucesos que me marcaron; me escuchaste llorar y me escuchaste reír. Estuviste ahí para mí con palabras simples, que en ciertos momentos necesité oír.
Creo que nunca olvidaré los momentos que pasamos. Todas las risas y anécdotas que creamos; también las pocas peleas que tuvimos.
No sé en qué momento se apagó mi brillo para ti, no sé en qué momento dejaste de acudir a mí, mucho menos me atrevería a discutir por qué.
Lo cierto es que desde que nos separamos te extrañé, y me parece que nunca lo dejaré de hacer.
Te extraño todo el tiempo y me duele pensar que no me dedicas ni una noche de añoranza. Te amo y creo que no te consta. Tienes la primicia de la persona que llegué a ser después de que te alejaras. Te quiero en mi vida y cuando tengo la oportunidad, te lo hago saber. Me respondes con promesas vacías y quiero pensar que estaré bien esperando a ver si algún día decides cumplirlas.
Tristemente yo aquí seguiré, para cuando quieras regresar. He esperado ya unos cuantos años…espero que no tardes mucho más.
Me dueles.
Tú no sabes quién eres.

lunes, 20 de mayo de 2013

¿Qué más puedo esperar de esta situación desordenada?
Quizá pueda decir que no quiero más amores, no por el temor a querer ni a entregarme, sino por negarme a caer; por no querer ya levantarme.
También podría declarar que no quiero más desfortunas.
Quisiera renunciar a tus ojos y a la forma que tienes de mirarme.
Ojalá pudiera ignorar lo fácil que te es desarmarme.
Tal vez podría decir que fui fuerte y volé muy alto, solo para caer y perderme.
Cambié tanto; al punto de mirarme al espejo sin reconocerme.
Si estuvo bien o estuvo mal, tal vez nunca podré saberlo.
Si te quise de más o me quise de menos.
Cambiamos, volvemos, caemos, lloramos, reímos. 
¡Ah!, pero siempre nos levantamos.

Amores platónicos.

Algo me dijeron alguna vez de los amores platónicos; ya no recuerdo bien qué era, pero recuerdo quién fue. También recuerdo cuándo; y dónde.
Cuando fui lo suficientemente inocente o inteligente como para caer de lleno en algo incierto, sin limitaciones y sin frenos; sin detenerme a pensar si se iba a acabar, y qué pasaría cuando se acabara.
Donde lo único que importaba era el ahora, viviendo por día y no mirando al futuro, solo en raras ocasiones; sin itinerarios ni tapujos, en toda la cuidad, en todos los lugares en los que podría haberte encontrado.
Quién me habló de amores platónicos, quién me cambió y quién me destruyó...tal vez tendría que decir que fui yo.

domingo, 12 de mayo de 2013

Piensas que me has olvidado, pero vestigios de mí vuelven a ti de vez en cuando; y los atesoras.
¿Piensas que me has olvidado? ¡Qué va! Fuimos demasiado grandes en nuestros caminos como para dejar de ver incluso nuestras ruinas al girar unas cuantas esquinas.
Pretendes olvidar que me quisiste, pretendes olvidar que te quise. Por costumbre, tal vez. Podría llegar a decir que por respeto…ah, pero ¿a quién?
¿A mí? ¿A ti? ¿A los demás?
Quizá hago mal en afirmar que estoy tan grabada en tu piel como tú en la mía, pero no puedo errar tanto; por algo sigues aquí.

jueves, 11 de abril de 2013

Tomaste el riesgo porque no había riesgo alguno que tomar y a pesar de que lo sé y cada vez pareciera más claro, algo siempre me hace regresar.

jueves, 4 de abril de 2013

Te quise...


Te quise porque quise, no porque me hayas obligado ni porque me hiciera falta quererte. 

Te quise porque era bonito quererte y creerte al decir que me querías.
Te quise porque quise compartir contigo mis días, sin pedirte retribución alguna.
Te quise porque verte era ver lejos mis angustias y saborear mi fortuna por quererte.
Te quise porque me quitabas el aire con un beso, y me lo devolvías con una sonrisa.
Te quise porque eras diferente y tú me quisiste, quizá, porque quería protegerte.

martes, 26 de marzo de 2013

Algún día dejaré de esperar cosas de la gente, dejará de dolerme el que reciba rechazos de parte de a quien nunca le he faltado. Dejará de ocupar mi mente la curiosidad, de saber si están bien o están mal. Dejaré de querer ser quien repara todo...aunque soy buena en ello. 
Me cuesta mucho asimilar el hecho de que la gente pueda ser tan desconsiderada. Quizás efectivamente deba dejar de dar tantas cosas y mentalizarme de que siempre recibiré nada. Y no es que haga cosas por recibir otras a cambio, simplemente supongo que mi forma de ser me programa para que automáticamente piense que las demás personas van a ser recíprocas. Ah, y eso es lo que a todos nos falta, RECIPROCIDAD.
Ya no entiendo si es mejor siempre ver lo mejor de la gente o adoptar la idea de que todas las personas son una mierda y, de esta manera, si alguna llegara a ser la excepción a la regla, ahí sí me llevaría una sorpresa. Igual y eso es lo que le falta a mi vida, sorpresas. 
Pero de las buenas, claro. Necesito una ola de sorpresas gratas.
Claro que aguanto, claro. Por supuesto que soy fuerte, nunca dudo de mí...pero es muy frustrante cuando mi estabilidad depende de situaciones que no puedo controlar y estoy consciente de ello. 
Es en este tipo de situaciones cuando tengo destellos de debilidad y sé que no están mal, pero cómo me vienen a chingar...

jueves, 21 de marzo de 2013

Precipicio.

Llegó un momento en el que pensé que todo iría bien, y entonces nos abrazamos; yo abracé su corazón y ella abrazó sus miedos... Yo caí y al final resultó que ella nunca había saltado.
Y es que es tan común sentirse seguro dentro de una ilusión, y tan cruel darse cuenta de la realidad, cuando la miras desde afuera.

Repentinamente.

Poco a poco empiezo a olvidar las canciones que me dedicaste, dejan de recordarme a ti canciones que antes llevaban tu nombre. 
No recuerdo tampoco tu risa, ni tu voz...incluso a veces olvido tu cara y tus gestos. 
Tu nombre en mi boca ya sabe amargo; en mi voz suena extraño, foráneo. Las líneas de los días que pasé contigo se hacen borrosas y ahora solo parecieran minutos.
No te llamo, tú sola apareces. Ya no me tocas si camino por la calle. Paso junto a ti y no te siento.
Sales de mi vida justo como llegaste...repentinamente.

viernes, 1 de marzo de 2013

Vida.

Tardé tal vez demasiado en darme cuenta y aceptar que eras vida. Eras vida, pero de esa que es mala, de esa que de pronto cambia y te deja sin aliento e inestable. 
Dabas vida, claro, pero también la quitabas, tan fácil como llegabas. ¡Y mira que llegaste fácil! Cuando todo empieza, lleva un ritmo plano, calmado, sereno...fácil. Pero luego te complicas y complicas, ¡qué pereza eso de verte y no poder contemplar tu belleza! Sentir tanto dolor y llenarme de tristeza. Qué desasosiego, corazón, yo que tanto te quise y tú que me dejaste sin razón. Tú que me dejaste en ese camino desolado, encerrada en un patio con candado. ¡Pero basta! Todo acaba y esa vida que me dabas, esa vida se esfumó. Conocí nuevos caminos y mi sonrisa regresó. 
No te preocupes, vida mía, en mi libro tu capítulo se escribió, solo no esperes que lo lea una y otra vez, no es tan tonto el corazón tonta la razón como para volver a caer.

viernes, 22 de febrero de 2013

Qué bueno que cambiaste de perfume.


¡Qué bueno que cambiaste de perfume, corazón! Este nuevo no se aferra a mi piel y mi ropa como yo alguna vez me aferré a ti. 
Es extraño verte ahora, con alguien más en el panorama...
No sé qué nos deparan la vida y el destino, solo sé que no quiero estar lejos de tu camino. ¡Ah, qué extraña situación! Cuando quise mantenerme al margen, me introdujiste de nuevo. 
Envenenas, corazón. Haces daño y lo sabes. Eres un vicio peligroso, aunque bueno, tal vez solo eres un vicio común y corriente...y tal vez un día logre sacarte de mi mente.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Y con un suspiro le dijo adiós..."¿podría ser eso lo último por decir?"
Muchas ideas, demasiadas, volaban por su mente. "Necesito un descanso" se decía a sí mismo, pero él ya no escuchaba, como suele pasar. Dejó que el corazón cegara a la razón. Pobre loco enamorado, no tiene dónde vivir. Su única casa era el corazón de ella y ahora lo ha echado, ya no hay vuelta atrás.
¿A dónde irá ahora? A recuperar su casa, por supuesto. 
Solo esperaba que aquella puerta siguiera abierta...
No sé qué hacer... Cuando te miro, me puedo perder en tus ojos, en tu boca, en esa forma de hablar, esa forma de mirar, que puede penetrar hasta el fondo de mi alma; que me puede desarmar.
Caminar se hace fácil; correr no es la solución. Si estos demonios se fueran ya y me dejaran descansar, para el sol sería más fácil alumbrar...pero no, no pasará.
Por eso, yo dibujaré un mundo en el que nadie esté. Sin remordimientos, sin preocupación, sin análisis de corazón. Sin heridas...ni callejones sin salida.

sábado, 26 de enero de 2013

Antes de partir...


Antes de partir, déjame encontrarte. Déjame verte sonreír, si no es por mí, por alguien más.
Antes de partir, déjame recordarte, para así guardarte hasta que te vuelva a encontrar. 
Antes de partir, no me digas adiós y no me llores, esto no se acaba y aquí no hay cabida para dolores...me quedo con el tiempo que invertimos en pasarla bien.
Me quedo con una ciudad que me recuerda a ti. 
Me quedo con lo poco o mucho que descubrí, y con la certeza de que descubriré un poco más. 
Está de más decir que te voy a extrañar...
Al filo de tu partida, no puedo decir más que gracias por abrirme tus puertas y perdón por no abrir de par en par las mías. Perdón por protegerme, quizás, cuando en verdad deseaba perderme en ti...

jueves, 24 de enero de 2013

Glitches

Y pues ahora me encuentro con un sabor agridulce en la boca. La inevitable llegada de una despedida que no quiero que llegue.
¿Por qué ahora, entonces? ¿Por qué estas ganas de entregarse y no poder? Quizá estas barreras de nuevo quieran ceder, pero ahora la razón es más fuerte, ya pasamos por esto, no queremos más.
Claro que estaba escrito el conocernos, de otra manera no se sentiría de esta forma. Probablemente no deba preguntar el por qué, raramente éstos encuentran respuestas. Lo más lógico ahora sería pensar que, si no era el momento, aprovecharé el error del destino. Agradeceré tu presencia en mi vida y lo poco o mucho que pudiste haberme enseñado. Ya me has marcado, entonces solo puedo derivar y pensar en que, si hubiera sido el momento indicado, ¿qué más hubiera pasado?

Mares, olas y desequilibrio.

Estar en desequilibrio contigo mismo en algún punto de tu vida es como cuando vas al mar y decides entrar, caminas y caminas mar adentro hasta que ya no tocas tierra...y de pronto te atrapa una ola, te hunde, te da vueltas por debajo del agua -tan rápida e intensamente que no sabes dónde estás-, no puedes respirar y te desesperas.

¿Saben? La vida es así.
O te subes a la ola o permites que te aplaste. En ocasiones la vida se te presenta como un mar en calma y notas los cambios que vienen (que son inminentes) incluso antes de que pasen y te brinda la oportunidad de darte lujos tales como evitarlos o salir de su camino para que no te afecten, sin embargo, a veces vienen sin avisar y te atrapan...en ese caso, solo queda tranquilizarte y tener la certeza de que VAS A SALIR, aún si llegaras a desesperarte.

viernes, 11 de enero de 2013


Había pasado segundos, horas, días, MESES tratando de encontrar una explicación, un motivo que me hiciera comprender qué fue lo que me hizo volar tan alto...y, por consiguiente, caer de manera tan abrupta y precipitada.
Tal vez fue tu mirada, me dije. Tus ojos, tu boca, tu manera de hablar, de caminar, de pensar...no sé, algo. Una razón, una explicación a tal grado de [podríamos llamar] obsesión contigo.
No la encontré. A pesar de mi insaciable búsqueda, no encontré ese algo con lo cual podría concluir mi cruzada por la razón...y fue entonces cuando comprendí que no hay algo especial en ti, salvo todo lo que me hiciste sentir...sin razón alguna.

jueves, 3 de enero de 2013

Pero si voy a esperar hasta que se disipen todas tus dudas...¿cuándo habrá tiempo para mí?
Mas me detengo y [te] pienso...y [te] respiro, y [te] escucho. Nada pasa si no estás aquí, pero ¿por qué no estar? Por ti he cambiado y no me ha costado y todo ha sido un regalo. Envuelto en la más discreta de las envolturas, porque no necesito que alguien más lo vea. Es solo por ti y es solo para ti. Solo para tus manos, para tus ojos...solo para tus sentidos. Siénteme, te me regalo. Y no espero algo a cambio. Tal vez solo un segundo de verte, para partir. Para partir feliz, de este mi mundo, que curiosamente eres tú.
Y todo eres tú y, al mismo tiempo, eres nada. Eres silencio, eres ruido. Eres algo nuevo, eres algo viejo; eres algo en mí, tal vez una mitad que despertó al estar cerca de la otra, que eres tú.
Eres el mundo y eres nada...y eres todo.
Eres una sonrisa y al mismo tiempo una lágrima. 
Eres definitiva y no cambias con la corriente.
Piedra.
Terca y desesperada.
Arena, sutil y moldeable.
Cristal.
Madera.
Eres todo.
¿Por qué huir? Yo me quedo contigo aunque tú te vayas. Y me dolerá tal vez, mas el dolor cambia, el dolor acaba.
Pero no acabes conmigo, porque soy inifinito...por ti.

Human After All.

No quiero sentir el paso del tiempo Me rehuso a aceptar que la tormenta que era mi abuelo, es apenas una llovizna ligera No quiero enfrentar...