Y con un suspiro le dijo adiós..."¿podría ser eso lo último por decir?"
Muchas ideas, demasiadas, volaban por su mente. "Necesito un descanso" se decía a sí mismo, pero él ya no escuchaba, como suele pasar. Dejó que el corazón cegara a la razón. Pobre loco enamorado, no tiene dónde vivir. Su única casa era el corazón de ella y ahora lo ha echado, ya no hay vuelta atrás.
¿A dónde irá ahora? A recuperar su casa, por supuesto.
Solo esperaba que aquella puerta siguiera abierta...
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