miércoles, 25 de junio de 2014

Carta a mí misma.

Te escribo a ti, la que ya no está.
La que a veces regresa y me atormenta sin querer, la que me quema con una mirada. Te escribo a ti, amiga. Tú que en ocasiones quieres salir y yo no te lo permito. Perdóname, perdóname por encerrarte en esta prisión de carne y hueso. Pero sé que tú, así como yo, estás consciente también de que este mundo en el que vivo ya no es el tuyo.
Aquí estás, yo te siento, no te olvido. De vez en cuando te dejo ser libre, pero sabes que es perjudicial para ambas. Aunque nos duela, amiga, eres parte del pasado. Y el pasado ya no tiene cabida en esta nueva realidad que he construido. Te amo, y me amas a pesar de tu renuencia a aceptarlo. Sin embargo, no te presionaré para que lo hagas, no me hace falta. Yo lo sé, lo siento, así como te siento a ti.
Amiga mía, tú eres una feroz corriente de agua, mientras que yo he aprendido a ser como un arroyo que fluye tranquilamente, que se amolda, que se pausa cuando se da cuenta que el camino que seguía no tiene salida, para encontrar otra.
Tal vez no te guste quién soy, tal vez quieras tomar otra vez el control, simplemente para poder decir que lo lograste y luego no saber qué hacer. Y es que así eres, y así te acepto, y tú debes aceptarme a mí; porque al final de la historia, seguimos siendo la misma persona. Las dos caras de una moneda que a menudo me favorece a mí, y en ocasiones a ti.

Monzón.

Tap, tap, tap. Escuchaba a lo lejos un goteo, una tormenta que se avecinaba. Tap, tap, tap. Lo vi caer sobre la acera, después lo sentí sobre mí. 
Tap, tap, tap. ¿Te recuerda a algo? Lluvia, sí, justo así era. Como lluvia caía sobre todo lo que me rodeaba, todo objeto impregnado de ella, qué suerte que no había alguien más aquí, pensé. ¿Suerte? ¿No me hubiera gustado tener compañía en ese momento? Ahora que miro hacia atrás, pienso que sí, pero vamos, yo no era la misma persona antes. Antes pensaba distinto, antes apreciaba más la soledad que ahora. Y es que nunca la había experimentado por completo, hasta esa vez. 
Tap, tap, tap. ¿Qué es eso? No cesa, empieza a sacarme de mis cabales. ¿Qué hago? Aquí no hay refugio; corro, me tropiezo, caigo; no sé levantarme, ¡ayuda! ¿Ayuda? ¿De quién? A mi alrededor no había nadie, la gente que se encontraba aquí hace unos minutos se fue corriendo antes de que empezara todo este goteo. Tap, tap, tap. ¡BASTA! ¡AYUDA! Yo conocía este lugar, pero ahora creo que me fui a otro sin darme cuenta, todo esto es desconocido para mí. ¡Mira, personas! ¡Ayuda! No me conocen, pero si me ayudan, los puedo ayudar posteriormente. ¿Por qué solo me observan? ¿Qué significan estas miradas? ¿De qué me acusan? ¿Por qué me juzgan? ¿Quiénes son y por qué no me responden? 
Oigan, ya basta. Tap, tap, tap, tap. Esto se está violentando, por favor sáquenme de aquí. No responde, mi cuerpo no responde, ya no veo nada, solo los veo a ustedes, viéndome, juzgándome. Los veo alrededor de mi...¿cuerpo? Si yo estoy viendo mi cuerpo, ¿en dónde estoy yo? Oigan, ¡no me puedo mover! Creo que no me escuchan, pero tal vez si grito lo suficiente logre algo. ¡OIGAN, MI CUERPO NO RESPONDE! Oigan...
¿Con quién estaba hablando? Claramente quienes estaban a mi alrededor no me estaban escuchando, ni buscaban ayudarme. Y si ese era el caso, ¿qué hacían? ¿qué hacían acusándome? Yo no me merezco esto, yo soy una persona ejemplar, ¿qué hice?
Tap, tap, tap. Tap, tap, tap. ¿Por qué puedo sentirlo? Aquí desde donde me observo a mí misma no está cayendo nada, ¿por qué me estoy viendo a mí misma? Esto no es un espejo, no es un reflejo. Aquí donde estoy no hay nadie, entonces...¿cómo saldré? Oigan, ya basta, déjenme respirar...dejen que mi cuerpo respire, ¿por qué se cierran a mi alrededor? Basta, los estoy viendo, en cuanto regrese a mi cuerpo los haré pagar. En cuanto regrese...
¿Y si no regreso?
Tap, tap, tap. Tap, tap, tap. Tap, tap, tap. 
La gente se dispersa. Mi cuerpo ya no está. ¿Quién soy ahora? ¿Quién era antes? ¿QUÉ SOY?
Estoy en ceros, no tengo nada ya. Si no soy yo, no quiero ser. No vale la pena vivir algo que no es mío, ¿por qué me lo arrebataron? ¿Por qué no me ayudaron cuando se los pedí? 
¿Por qué?
Ya no puedo soportar ver esto. No puedo soportar ya no ver lo que era antes, creo que debo irme de aquí pero no sé cómo. ¿Es un tipo de tortura? No sé qué estoy haciendo, pero me estoy alejando. Alejándome de este lugar en el que vi desaparecer todo lo que era, no sé a dónde voy, pero me voy. No sé con qué fin, pero me voy. Esta experiencia me ha agotado, estoy cansada aunque no sé cómo es posible estar cansada si ya no existo. Lloro. Duermo.
Duermo mucho tiempo, vago en la nada; ahora me siento encerrada, creo que es hora de salir, ¿cómo hago eso? ¿Cómo regreso a donde estaba antes? Al parecer fue la pregunta correcta, puesto que por primera vez existía otra presencia además de la mía en donde yo me encontraba. Quería preguntarle cosas, pero por alguna razón ni siquiera pude articular una vocal. ¿Será entonces que todo este tiempo estuvieron pasando cosas que en realidad no pasaron? 
No sé qué es esta presencia, pero me lleva a otro lado, me lleva por un camino que al parecer debí haber tomado antes. Creo que era muy evidente, estaba a plena vista, pero no lo había visto. De alguna manera sabía que por aquí debía seguir. "Gracias", quise decirle. Aquel ser no tenía rostro, lo que significa que yo tampoco. Empecinada en seguirme nombrando como un definitivo, cuando todo me indicaba que ya no era así. Mi valor ya no estaba, tenía otro. Dicho ser me tocó, no sé cómo, pero me tocó. Y en cuanto lo hizo, sentí que convergíamos. 
Entonces desperté. Tap, tap. Cesó. ¿En dónde estuve todo este tiempo? quise saber, pero al instante me di cuenta de que era irrelevante. Estaba aquí, era yo de nuevo, pero no era yo. Mi esencia seguía aquí, pero no toda. ¿Realmente pasó todo lo que sentí? Aquel goteo era la prueba que necesitaba para comprobarlo, al parecer. Pero no supe si fue real. No quise comprobarlo. Aquella otra mitad mía me guiaba por un camino distinto y yo la seguía. Ya nada me importaba, solo estar aquí de nuevo.
Tap, tap...salió el sol, todo acabó, estoy aquí de nuevo.

lunes, 16 de junio de 2014

Scarlet Letter

"Quiero hacerte una pregunta seria", me dijo. Yo reí, ya sabía qué tipo de preguntas eran sus preguntas serias, y después le dije que la hiciera ya. 
"¿Por qué te gusto? ...estuve pensando en eso esta tarde y me di cuenta de que...sé que no es necesario tener cosas en común para gustarse pero, casi no compartimos gustos". Interrumpí su argumento, contestando a su cuestionamiento-afirmación que si no había pasado por su mente que tal vez esa era la causa principal de mi enamoramiento. Que somos lo que coloquialmente se conoce como "polos opuestos", en resumen. Y le hice entonces la misma cuestión que me presentó a mí, a lo cual me respondió que no iba a responder porque yo no había respondido lo que ella quería saber. Entonces me detuve a pensar un momento...¿cómo quería que le contestara en menos de lo que uno dice "mojarra encebollada" algo que requería de un serio análisis de la situación? Entonces solo reí, pensando en mis adentros que me tomaría un tiempo formular la respuesta indicada al cuestionamiento que me hizo. Y sufriendo la breve ausencia de su voz y su apariencia holográfica en mi vida, procedí a enunciar todas aquellas características que hacían de todo esto algo mucho más especial.

Comenzaré por decir que me desestabilizas. Y considerando que soy una persona a la que le gusta su temblorosa estabilidad, el que esto sea una razón para que me gustes, es algo muy serio. Me gusta ese desbalance que brindas a mi vida, los comentarios desatinados que a veces haces, la sonrisa que sin querer esbozas cuando te miro, y miro más allá de tu apariencia. Tu aroma, la mueca que haces al despertar, el suspiro que dejas escapar cuando me abrazas. Tu mente; ese intrincado laberinto al que me introdujiste sin instructivo hace algunos días atrás, esa enredadera de contradicciones que tanto disfruto y temo disfrutar. Tus ojos, tus pecas, tus cicatrices ocultas debajo de la ropa, tu risa y la manera en que te cubres el rostro cuando aquella se escapa, según tú para ocultarla porque dices que no te agrada. Qué irónico, ¿no crees? Que me guste algo que te disgusta. Y he allí otro punto importante: la dualidad intrínseca que existe cuando estoy contigo/cuando estás conmigo. Ese desbalance que encaja perfectamente con el mío, dando una sensación que tal vez sea falsa de lo ideal. Tu cuerpo, tu piel, cada centímetro que he deseado tener cada vez que tu recuerdo toca mi consciente, tu voz, tu silencio. Tu complejidad tan absurda que en ocasiones me hace querer estallar en risa, y otras en llanto. 
Tu recuerdo, mi cimiento, mi lugar inseguro que se derrumbó conmigo dentro. Todo lo que tienes y lo que te hace falta, todo lo que te une y te separa de mí; toda la seguridad falsa que me brindas, toda la ilusión de imperfecta perfección. Y, sobre todo, la forma en que inconscientemente me haces mirarte y de alguna manera me robas todo el aire en el intento.

Human After All.

No quiero sentir el paso del tiempo Me rehuso a aceptar que la tormenta que era mi abuelo, es apenas una llovizna ligera No quiero enfrentar...