lunes, 4 de agosto de 2014

Duo.

Se levantó con una media sonrisa dibujada en la cara.
Con poca dificultad pude notar que, contrario a lo que me pasaba a mí, ella respiraba con mucha facilidad. Yo realmente apenas abría los ojos, ella ya se estaba vistiendo.
¿A dónde vas? Quise preguntarle, pero no pude articular ninguna palabra, no hice ningún sonido. Ella debió notar algo, porque volteó a verme. La sonrisa se le esfumó de la cara, en cambio vi algo en ella que no había visto jamás.
"¿Solo una noche?" preguntó mientras me miraba; sabía que no podía responderle así que salió del cuarto. En ese entonces miré a mi alrededor...todo era un caos. Las sábanas de la cama estaban en el piso, las cosas sobre la mesita de noche habían desaparecido: mis libros, sus cigarros, el vaso con agua que me serví antes de dormir...
"Mierda", pensé, "el piso debe estar mojado". Traté de levantarme de la cama, de lo que quedaba de ella, y no pude. Falta voluntad, me dije a mí misma, luego volví a intentarlo y lo logré. Mi cuarto no era mi cuarto, estaba desordenado, faltaban cosas, faltaba ella.
Salí a la cocina a buscarla, la encontré en la mesa con una taza de café "¿ya puedes hablar?" me preguntó, y quise responder que sí, pero ningún sonido salía de mí. No entiendo.
Ella se rió, pero no porque estuviera divirtiéndose, más bien sonaba como esas risas que sin querer salen en momentos no adecuados, esa risa era nerviosa.
A pesar de mi preocupación, ella se veía tranquila. Ansiosa, pero tranquila. No puedo explicarlo, solo es algo que me transmitió en ese momento...ni siquiera sé cómo lo deduje, supongo que ella me ayudó.
Se terminó el café, ¿de dónde lo habrá sacado? A mí ni siquiera me gusta el café, tal vez lo trajo ella de su casa o lo compró, no sé, yo solo quería que me dijera qué estaba pasando, al parecer ella sabía, al parecer ella era la única en este lugar que lo sabía.
"Mi trabajo era venir aquí y matarte", me dijo. Yo no podía decir nada, así que estaba callada, pero ella se calló unos minutos más, tal vez para dejar que esas palabras hicieran algún efecto en mí; yo solo estaba esperando la explicación. Al ver que yo no hacía nada, suspiró y volteó hacia el otro lado.
"Es que eras débil. A pesar de todo lo que creías, eras débil. Bastó una noche para destruirte, solo una. Eso no está bien." ¿De qué está hablando? ¿Cómo llegó hasta aquí? Honestamente no recuerdo nada, ni lo entiendo. No entiendo por qué estoy tan calmada, ni por qué ella se ve tan ansiosa pero me habla con delicadeza, ¿qué está pasando?
Se paró de la mesa y se acercó a mí, me tocó pero yo ya no sentía nada, no entendía nada tampoco. Volteé a ver mis manos, pero parecía que se esfumaban. Cuando alcé la vista, ella estaba justo frente a mí. Quise decirle algo, pero no podía, algo dentro de mí sabía que no había nada que decirle.
Me sonrió y me tomó de las manos, me llevó al cuarto, lo ordenó y me pidió disculpas.
"Vine aquí a matarte, y tú no lo sabías, apuesto a que ni siquiera sabes quién soy yo, pero te lo explicaré...yo soy tú. En este momento no me conoces, precisamente por eso me enviaron a mí, para poder entrar a los lugares más recónditos de tu mente y poder eliminarlos antes de que nos hagas más daño. Yo sé que esto suena muy descabellado, pero es la verdad."
De alguna manera quise protestar, pedirle que no me matara, pero antes de hacerlo me di cuenta que era completamente inútil. Además de que no podría hacerlo porque inexplicablemente, no podía hablar. Solo la miré, y por fin pude verla. Era yo, pero se vestía muy diferente, incluso tenía el cabello diferente, se movía de una manera muy peculiar...era yo, pero no era yo. Una sensación de calma muy extraña me inundó en ese momento, ya estaba lista.

Me di cuenta del cambio en su semblante y continué diciéndole las razones de mi presencia en su casa, ella solo me miraba, en sus ojos podía ver que estaba de acuerdo con todo. Como si pudiera estar en desacuerdo. Como si tuviera algún sentido explicarle por qué la iba a matar. Terminé de acomodar su cuarto, el que una noche antes había desordenado buscando algo que me impidiera matarla, pero no encontré nada. Sabiendo que era mi trabajo, buscaba excusas para evitarlo, pero cuando algo esta escrito, tiene que pasar, y así fue con ella. Yo la conocía, yo era ella, ella era yo, y de todas formas...tenía que hacerlo.

Se sentó en la cama y comenzó a reírse histéricamente, no sabía lo que estaba pasando, me senté al lado de ella y solo logré abrazarla, no podía hacer nada más. No entendía, si se supone que era yo quien debería estar en su posición. Sentí sus lágrimas, quería decirle que todo iba a estar bien, pero no podía. No podía porque no podía y no podía porque no estaba segura de ello. Entonces me di cuenta.

La maté. La maté mientras intentaba consolarme. La maté antes de que se diera cuenta.

Me mató. Me mató mientras intentaba consolarla. Me mató antes de que me diera cuenta.

Human After All.

No quiero sentir el paso del tiempo Me rehuso a aceptar que la tormenta que era mi abuelo, es apenas una llovizna ligera No quiero enfrentar...