viernes, 31 de marzo de 2023

De vez en cuando.

Lo nuestro no puede ser
Porque yo estoy dispuesto
A mirar tu luz y tu sombra
Besar el polvo, la misma tierra
Que levantas al caminar

Y tú quieres quererme por partes
No quieres más que mi cuerpo
Mis besos, mis manos
Un ratito, a veces,
Solo de vez en cuando

miércoles, 29 de marzo de 2023

domingo, 26 de marzo de 2023

Te quiero tanto, tanto, tanto, tanto, tanto.

Estoy en la cima de esta montaña que es quererte. ¡Cuántos derrumbes no vi al subir! Los mismos que día a día decido ignorar porque este deseo salvaje se alimenta de la cotidianidad que me regalas.

Te quiero tanto, tanto, tanto, tanto, tanto, cada día un poco más. Y el día en que cantamos esa canción frente a tus amigas, mientras lo practicábamos en el jardín, mientras nos besábamos en el corredor: yo sabía.

Yo sabía y te deseaba tanto que decidí ignorar lo que el mundo me gritaba, lo que decidí ignorar en cada rojo en el que te besé sabiendo que ese recuerdo me iba a quemar meses después; yo sabía y aún así te miré a los ojos mientras te cantaba todas las canciones de amor porque yo quería que fueras real.

Yo sabía y aún así le puse tu nombre a mis rutinas. A todas las cosas sagradas que me tardé años en construir y que de pronto se me hizo fácil y natural compartirte. De todas formas el pasillo de mi casa ya se llamaba como tú y yo no podía hacer nada al respecto.

Yo sabía y aún así me dejé enamorar por todo eso que jamás dirías pero podía ver detrás de tu risa, de las cosas que callabas pero gritaban tan fuerte que en ocasiones me asfixiaban en el mismo cuarto. De ese calor que no era mío pero quise convencerme que sí.

Yo sabía e ignoré todas las advertencias, todos los letreros amarillos, sobre todo los rojos. Yo sabía pero quería tanto que fueras tú, quería tanto que te quedaras, que todo lo que alguna vez fui se desbordó y de pronto todas las canciones tenían tu nombre, tu olor, tu ritmo, tu risa.

¡Yo sabía, yo sabía! Que el lugar que de pronto ocupé, no me holgaba chido. Que ese pedestal era demasiado, te lo dije: yo sabía. Pero la venda en mis ojos eras tú. Tu amor, tus manos acariciando mi cabello, tu voz respondiendo a mis llamados. Mi agua llenando todas las grietas que encontraba.

Yo sabía, pero igual dolió cuando te fuiste.

viernes, 24 de marzo de 2023

Sabiduría de Burro.

"No sé por qué me he vuelto tan llorón" pienso mientras una lágrima traicionera recorre mi mejilla derecha segundos después de decirle a mi mejor amiga que la amo mucho.
Y también después de un fin de semana entero de llorar con desconocidos porque quizá el amor que añoro sí es posible, o después de ir a buscar a mi amigo en la peda para darle un abrazo y decirle que me preocupa mucho, que quiero que esté mejor pero no sé cómo ayudarlo.

¿Será que "me volví"? Regresa el repique de mi mente. O quizá simplemente jamás nos habíamos dado la libertad de experimentar todos los espectros de las emociones.
En mis adentros me cago de risa porque hace poco menos de un año, yo exclamaba "el amor no existe, jamás me va a encontrar, jamás me voy a enamorar". Pasé más de dos años sin llorar, y ahora que reparo en todo esto, quizá también pasé esos mismos años intentando que la botella de refresco agitada que son mis sentimientos, no explotara cuando la abría para darle un minúsculo sorbito.

"Jamás me voy a enamorar de nuevo" dijo el Shaw de inicios del 2022 y la vida le dio un periodicazo en el hocico. No me quejo, la verdad. Pero de sorbitos pasé a bocanadas llenas de todo lo que pensaba que jamás iba a experimentar, solo para darme cuenta de que sí era posible y por alguna razón me estaba negando a volver a darme esa libertad. Dos años sin llorar, Shaula. No me di cuenta, pero ese periodicazo en el hocico iba a ser más que eso y no sé, tal vez por el tiempo que había transcurrido, se me había olvidado embotellar otras cosas. De pronto reconocí en mí algo que aparentemente ya no era, y me salió tan natural que entonces empecé a cuestionar quién era la máscara realmente.

¿Quién soy yo? ¿El que no tiene miedo de abrir su corazón aunque se arriesgue a perder? ¿O a lo mejor el otro, empeñado tanto en esconderlo que se vuelve rígido?
Siempre pensé que era el segundo. Me empeñé en ser el segundo. No me di cuenta que habían grietas en las paredes que resané hace muchos años, ni mucho menos que por ahí podía colarse el otro yo que quise esconder todo este tiempo.

Dos años sin llorar, pero toda una vida escabulléndome de lo suavecito, buscando lo oscuro para soltar una que otra lagrimita, buscando sinónimos de las cosas que quiero decir. ¿Que te quiero? No te imaginas cuánto, pero tienes adivinarlo a través de esto que hago por ti, que no te digo, porque de ninguna manera puedes saber que lo hago consciente. De ninguna manera puedes saber que sí, sí soy suave, que vives en mi corazón y que nunca quiero que te vayas. Porque justo, puedes irte, y yo no quiero que veas cómo me duele.

Ahora decidí que es más cansado seguir empujando la tapa. Si el refresco se va a tirar, que se tire. Que sepa, que yo sepa que soy capaz de ser tan libre como yo quiera, que soy capaz de limpiar todo el cagadero y que también puedo elegir pedir ayuda, porque poder no siempre es querer (y creo que nada me ha quedado más claro que eso últimamente).

Que se note, que quiero querer y que sé hacerlo aunque no siempre sepa muy bien cómo empezar, que le echo un chingo de ganas y merezco lo mismo de mí y de los demás. Que nunca me deje de asombrar la capacidad que tiene un corazón tan madreado, de hacerse cada vez mayor. Porque aunque pensé que el amor me podría destruir, tan solo me hizo más grande.

Y si me volví un llorón, ondearé este estandarte suavecito por todos lados, me lo voy a tatuar en la cara. Porque ya me cansé de fingir que no quiero querer hasta que me explote el corazón, porque bien se lo dijo Burro a Shrek: TAS TAN ENGÜELTO EN TUS CAPAS CEBOLLITA, QUE OCULTAS TUS SENTIMIENTOS.

martes, 14 de marzo de 2023

A ti, 2000 años en el futuro.

Llevo tus ojos en la cartera.
Aunque te confieso que hay noches en que se me aparecen de frente y me quiebran el cristal del mundo que ahora habito. Tan frágil como yo, o como esta máscara que me cuelgo todas las mañanas después de que el sol me recuerde que ya no me toca despertar con tu calor en mis manos, ni darte un beso antes de trabajar, decirte que te amo con toda el alma antes de dormir, o avisarte que ahí va la luz, ni ir a museos contigo y sentir que lo más valioso ahí es la sonrisa que se te dibuja cuando conectas con lo que te gusta. No me toca, nunca más, poder reconocerla porque la he visto reflejada en la mía cuando te miro.

Me cuesta imaginarme sin ti, sabes cuántos años me negué.
Pero ya no hay más, no hay espacio, tan solo una rendija donde no cabemos ni tú ni yo, solo la tensión que corta casi tanto como las cobijas sin tu aroma, comer sin ti, caminar sin tu mano en la nuca, el aire sin tu risa, las lágrimas de felicidad, la inevitable muerte del universo e idioma que construimos; todas esas cosas que eran nuestras y de pronto son solamente mías, o saber que al final esta vez es real: y ya no volverás a encender mis días con tu sonrisa.

lunes, 13 de marzo de 2023

Clamor.

Las horas escurriéndose por tu cuerpo
Con mis manos corriendo tras de ellas
Imposible atraparlas, cómo detenerlas
Pierdo el piso y te aferras a mi cuello
Salto con los ojos cerrados y suplico
Para que esta sea, por fin, la última vez
Porque quiero callar mis dudas en tus labios
Que tu respiración me arrulle en las noches
Recorrer ese abismo del que huyes
Cuando te miro a los ojos y cae tu armadura
Guardarte en mi pecho, gigante como eres
Que me guardes en el tuyo, y ya no corras
Amoldar mis manos a tu llanto
Que jamás te falte compañía en la soledad
Y tal vez que mis brazos sean tu norte
Para que siempre busques llegar aquí

martes, 7 de marzo de 2023

Haiku #3

Llegaste aquí
Y quise olvidar que
Fue para irte

Cuánto cabe.

No sé cuánto amor le cabe a mi corazón
Muchas veces he pensado que ya fue
Que ya se llenaron todas las páginas
Pero de pronto le crece otro anillo al roble
Y como agua entre arroz, se cuela dentro
Alguna vez creció tanto, que me espanté
En el recuento de los rounds perdidos
Creo que vamos perfectamente balanceados
Algunas veces he sido agua y otras arroz
Algunas veces me he colado dentro
Y otras más, he desbordado el vaso
De corazones que aún no se vacían
O tan vacíos que aún no tienen fondo
En otros corazones, también, he sido
Corazón vacío, corazón sin fondo
Corazón lleno de alguien más
Voy pidiéndole ganas al tiempo
Y otras veces tiempo a las ganas
He querido anclar y he querido huir
Me he sentido seguro en la tormenta
Y también he corrido a la primera gota
Cada piedra en el camino me ha traído
Lo mismo de miedo que de valor
Muchos lunes grises con acentos de color
Incontables miradas en espejos rotos
Diez mil funerales de un yo que creí perfecto
El doble, tal vez, de nuevas vidas
Con ellas, sus respectivas despedidas
Sentir perder el aliento con cada respiro
Arder, romper la hoguera, empezar de nuevo
Ver salir el sol entre mil estrellas
Y la teoría de que es muy probable
Que el corazón nunca me deje de crecer

domingo, 5 de marzo de 2023

La prisa.

A veces quisiera ser el yo de antes
Quiero decirle que ya sé qué hacer
Poder regalarle un poco de calma
Darle tan solo una pausa, un respiro
Responder todas sus preguntas

Hay días en que veo el hueco en el librero
Y no sé si algún día se volverá a llenar
Me parece curioso cómo, a pesar de todo,
Aún me alcanzan las ganas para desear
Eso que ya tuve antes, cuando era otro

Pero quiero abrazar a ese otro yo
Volver a encontrar el fuego en mi mirada
Tocar un rostro que aún no conoce
El sabor cambiante de aquello
Que aún no sabe que está buscando

No sé si me alcance el tiempo
Para zafarme de esta armadura
O si mi voluntad sea suficiente
Para que el corazón aguante
Una misión más, marcada fallida

Y aunque quizá nunca pueda saberlo
Y aunque nunca pueda volver
Camino con la firmeza suficiente
Para marcar mis pasos en la tierra
Y no olvidar de dónde vengo

Porque no quiero ser uno más de esos
Corriendo detrás de la prisa
Por no querer llegar al final

sábado, 4 de marzo de 2023

Todo Esto.

¿Cuántas palabras le caben
A todo esto que siento?
¿Cuántas más le sobran?
¿Seré tan sólo otro más
Que morirá en el intento?

Que me congela en un instante
Y después compacta mil vidas 
Flasheando todas en un segundo
Que siempre sabe encontrar todo
Aunque al final se lo lleve

Me explotará el pecho
Gritaré todos los nombres
Que buscándolo, le he puesto
Rimaré con sus aromas
Besaré el suelo con las rodillas 

Pero nada importa en realidad
Porque quiero volver a verlo
Quiero volver a sentirlo
Decir que lo encontré
Quizá por primera vez

jueves, 2 de marzo de 2023

Anfibio.

A veces olvido que pertenezco al agua.
He pasado tanto tiempo en tierra que cuando
por fin vuelvo a ella, tardo en acostumbrarme.
También generalmente me voy de ella
justo antes de acostumbrarme de más.

Mi lugar por ahora es la tierra.
Hasta ahora me había tratado tan bien
que no había notado cuánto extrañaba el agua.
Y qué sorpresa me llevé cuando, en tierra,
me pregunté si no quería regresar al mar.

Pienso que puede ser que mucho se deba a
que las heridas que cargaba eran de agua.
Todas se habían sanado con agua y aire de sal,
con calor y sudor de los que hacen llorar.
Pero siento que el mar ya no es mi hogar.

Cuando vuelvo al aire salado, muchas veces 
me siento suspendido en el tiempo.
Aunque he notado que cada vez que voy,
regreso al suelo cada vez más rápido.
Tal vez por eso ya no voy tanto.

Y de pronto la herida fue de tierra.
Y me pregunto si también sanará en el mar.
Y también cuánto tiempo podré suspenderme
en el tiempo antes de, sin querer, regresar.

Human After All.

No quiero sentir el paso del tiempo Me rehuso a aceptar que la tormenta que era mi abuelo, es apenas una llovizna ligera No quiero enfrentar...