sábado, 26 de julio de 2014

Estoy harta de ti.
Harta de tus besos breves, de tu secrecía, de tus roces tan planeados y mecánicos de siempre.
De tu remordimiento cada vez que piensas en mí, de la pesadez de tu voz cuando me hablas.
De tus lágrimas necias cuando me hablas acerca de heridas causadas por alguien más.
Harta de tu indiferencia, aquella que no puedo determinar si es falsa o auténtica; harta de quererte, harta de pensarte. 
Harta de solo querer abrazarte, harta de sonreír cuando recuerdo algo relacionado contigo.
Harta de escuchar lo mismo una y otra vez, harta de esperarte, harta de hartarme.
Y es que he tenido suficiente con media vida queriéndote, puedo partir de aquí sin nombrarte; ya no quiero darte el honor de ser el último pensamiento en mi mente.

martes, 15 de julio de 2014

Música.

No eres la única persona que me ha preguntado por qué me gustas, te lo voy a explicar:
Ya verás, es que contigo me pasó como cuando descubres tu estilo de música favorito. 
Escuchas los demás, pero ninguno se compara al otro. El indicado.
Sabes que no es perfecto, sabes que a muchos no les gusta, pero te encanta y no puedes dejar de escucharlo. 
Justo así eres tú.
Eres la melodía errante que escuché por casualidad en la calle, las letras que distinguí a lo lejos y anoté en el celular para no perderlas. 
Eres la calma antes de la tormenta, pero también eres la tormenta.
Y es curioso, porque me gustan mucho las tormentas; y, tal vez...solo tal vez, también sea por eso que me gustas tanto.

lunes, 14 de julio de 2014

Rollercoaster.

Regresamos a la misma pendejada de siempre. 
A estar acá en la oscuridad, sin saber de ti, sin oír tu voz, sin tener tu número en mi directorio.
Es tanta tu obstinación en mantenerme cerca y lejos al mismo tiempo, que te dosificas en mi mundo con cuentagotas. Y es que sabes el efecto que tienes en mí, y eso es lo peor.
Utilizas tus pinches encantos en mi contra y yo vuelvo a caer. Esos ojos tras ventanas cerradas que siempre pretendes esconder, esa sonrisa que duele cuando la esbozas (porque siempre es cuando me miras), tu tono de voz tan sonso que a veces no entiendo por qué me gusta tanto. Tu cuerpo...los rincones que alguna vez recorrí y en los que también me perdí. Y veo nuevos; nuevos callejones, nuevos parques, nuevos baches. ¿Quién te hizo esos baches? No importa, las dosis de mí abundan y sabes que esas te reparan cualquier tropiezo. ¿Cómo es posible que yo llueva a cántaros y tú sigas siendo sequía para mí?
Y es que, ¿sabes? Lo peor es que ya me sé el juego, ya me gustó el ritmo que tenemos de vez en cuando. Yo sé que un día me hablas, vienes, te veo y vuelvo a empezar. Empiezo a recorrer ese camino que ya he recorrido miles de veces, y que a pesar de ello, me maravilla como si fuera la primera.
Yo sé que vienes, me jalas, me empujas, me tiras y te escondes. Y parece ser que no está en mí encontrarte, siempre te revelas tú sola. 
Se dice que la gente busca relacionarse con individuos cuyas pasiones sean similares a las del otro, pero ya contigo he comprobado que a mí me gustan las emociones fuertes, porque eso es lo que eres.
Una pinche montaña rusa, seguramente dentro del top 10 de las mejores.

domingo, 6 de julio de 2014

Missed call.

Me llamas por teléfono, entre sollozos pronuncias mi nombre y quiero ir a verte.
No sé qué está pasando, me empiezas a contar la razón de tu tristeza y quiero ir a verte.
Te llama, te exige que te vayas, prometes que me vuelves a llamar y quiero ir a verte.
Empiezo a alistarme para salir, espero tu llamada que no llega y quiero ir a verte.
No pasa nada, el alcohol empieza a nublar mis sentidos y quiero ir a verte.
La música suena, alguien me habla pero no le pongo atención porque quiero ir a verte.
La lluvia azota la ciudad de manera desmesurada, me quiero ir de aquí y quiero ir a verte.
Sigo esperando tu llamada, ya no estoy consciente, pero sé que quiero ir a verte.
No estoy aquí ya, impacto algo con bastante fuerza y solo quiero ir a verte.
Me voy, pierdo todavía más el control sobre mi mente pero estoy segura de que quiero ir a verte.
Este sillón está incómodo, me quiero ir a mi casa pero en realidad solo quiero verte.
Me voy ya, me retiro, la llamada no llegó, yo tampoco. 
Yo solo quería verte.

miércoles, 2 de julio de 2014

Estoy harta del día si no te tengo. Estoy harta de la noche.
Estoy harta de esta transición sin razón alguna de existir, estoy harta de la monotonía.
¿Por qué entraste si tenías que huir? ¿Por qué me sonreíste si no te ibas a quedar?
Un día va, un día viene, un día llegas y otro pareciera que nunca estuviste.
Llegas, subes, abres la puerta y sonríes, es todo lo que necesito para quererte otra vez.
¿Por qué viniste a mi casa cuando me moría? ¿Por qué vimos esa película que tanto te gustaba?
Tú no viste la película, yo tampoco. Yo pensaba en ti y en el maravilloso detalle de tu presencia en mi vida.
Y es que, qué buen regalo era. Sin embargo, nunca me detuve a pensar qué pasaría cuando no estuvieras.
¿Por qué dejaste todo aquí, si ya te ibas? ¿Por qué me diste a guardar esto, si no regresarías?
Día, noche, día, noche. A veces tu voz, a veces tus ojos. A veces yo y a veces ella.
No entiendo tu obstinación, ya regresa.

Human After All.

No quiero sentir el paso del tiempo Me rehuso a aceptar que la tormenta que era mi abuelo, es apenas una llovizna ligera No quiero enfrentar...