¿Qué pasa cuando ibas recorriendo un camino que parecía ser seguro y todo se veía bien, no había indicios de que algo pudiera salir mal y entonces...sale mal? Y no por tu culpa, no. Sino porque quien creó el camino que recorrías un día decide que no quiere que sigas en él y entonces no te queda nada mas que intentar construir un camino para ti mismo...y sientes que no sabes. Y entonces tratas de retomar el camino que venías siguiendo a pesar de estar consciente que ya no hay nada más ahí para ti.
Y te equivocas.
Y te lastimas.
Y llega un momento en el que ya no puedes más; en el que te das cuenta de que la vida sigue y que nunca se paró aunque tú te sintieras como si nada tuviera sentido. Personas siguieron muriendo, personas siguieron naciendo. Personas siguieron cagándola y personas siguieron viviendo su vida plenamente feliz.
Y entonces abres los ojos y el panorama se abre ante ti; reconoces todos los caminos que pudiste haber escogido antes y no te diste cuenta por estar tan centrado en lo malo o en tu obstinación por seguir en el anterior.
Y entonces decides abandonar el trecho mal hecho en el que andabas, junto con lo que te mantenía ahí. Y las aguas suben, las olas chocan contra ti y te sientes mal. ¿Por qué? Porque te acostumbraste, porque dejaste que te afectara más de lo que debió haberte afectado.
Y entonces recuerdas todo, y entonces analizas todo. Y entonces te das cuenta de lo mal que estabas y no te dabas cuenta porque vivías en negación. Nada estaba bien. Te aferrabas de lo poco que era bueno y te bastaba para vivir.
Pero eso no es felicidad.
Y entonces te das cuenta que compraste una imitación barata de lo que la vida tiene preparado para ti.
Y entonces todo lo malo empieza a surgir. Y llega de golpe. Todo lo que habías ignorado sin saberlo, todo, todo aparece de la nada y llega en conjunto...pero llega cuando ya habías decidido abandonarlo y entonces por más impresionante que parezca, no te toca. Y das paso a cosas nuevas, cosas mejores, cosas interesantes, cosas que te hacen bien.
Y se siente bien.
Y entonces al tomar el nuevo camino llega la paz. La paz que creíste tener anteriormente, pero esta es de verdad. Esta no es la imitación. E intentas dejar poco a poco tus inseguridades. Las cosas que el otro camino te dejó y no te diste cuenta hasta que saliste de él. Las ampollas, los huecos en los zapatos, la ropa rasgada. Todas esas cosas que no te importaban por seguir la luz que se encontraba al final del camino. La luz que creías ver, la luz que creías merecer...pero no.
Y entonces tomas el nuevo camino y el nuevo camino es pavimentado, y todo fluye, y todo va bien. Y te sienta bien. Y entonces te das cuenta que algo debiste haber hecho bien, para que la vida te recompensara con algo así.