Esta noche me dediqué a recordarte.
Elegí revivir los momentos que pasé contigo; los caminos que me hiciste recorrer junto a ti, caminos que eran completamente desconocidos para mí.
Eres grande en mi vida porque fuiste una de las primeras personas a las que les abriera mi corazón y les confiara mis secretos mejor guardados. También fuiste testigo de sucesos que me marcaron; me escuchaste llorar y me escuchaste reír. Estuviste ahí para mí con palabras simples, que en ciertos momentos necesité oír.
Creo que nunca olvidaré los momentos que pasamos. Todas las risas y anécdotas que creamos; también las pocas peleas que tuvimos.
No sé en qué momento se apagó mi brillo para ti, no sé en qué momento dejaste de acudir a mí, mucho menos me atrevería a discutir por qué.
Lo cierto es que desde que nos separamos te extrañé, y me parece que nunca lo dejaré de hacer.
Te extraño todo el tiempo y me duele pensar que no me dedicas ni una noche de añoranza. Te amo y creo que no te consta. Tienes la primicia de la persona que llegué a ser después de que te alejaras. Te quiero en mi vida y cuando tengo la oportunidad, te lo hago saber. Me respondes con promesas vacías y quiero pensar que estaré bien esperando a ver si algún día decides cumplirlas.
Tristemente yo aquí seguiré, para cuando quieras regresar. He esperado ya unos cuantos años…espero que no tardes mucho más.
Me dueles.
Tú no sabes quién eres.
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