martes, 26 de marzo de 2013

Algún día dejaré de esperar cosas de la gente, dejará de dolerme el que reciba rechazos de parte de a quien nunca le he faltado. Dejará de ocupar mi mente la curiosidad, de saber si están bien o están mal. Dejaré de querer ser quien repara todo...aunque soy buena en ello. 
Me cuesta mucho asimilar el hecho de que la gente pueda ser tan desconsiderada. Quizás efectivamente deba dejar de dar tantas cosas y mentalizarme de que siempre recibiré nada. Y no es que haga cosas por recibir otras a cambio, simplemente supongo que mi forma de ser me programa para que automáticamente piense que las demás personas van a ser recíprocas. Ah, y eso es lo que a todos nos falta, RECIPROCIDAD.
Ya no entiendo si es mejor siempre ver lo mejor de la gente o adoptar la idea de que todas las personas son una mierda y, de esta manera, si alguna llegara a ser la excepción a la regla, ahí sí me llevaría una sorpresa. Igual y eso es lo que le falta a mi vida, sorpresas. 
Pero de las buenas, claro. Necesito una ola de sorpresas gratas.
Claro que aguanto, claro. Por supuesto que soy fuerte, nunca dudo de mí...pero es muy frustrante cuando mi estabilidad depende de situaciones que no puedo controlar y estoy consciente de ello. 
Es en este tipo de situaciones cuando tengo destellos de debilidad y sé que no están mal, pero cómo me vienen a chingar...

jueves, 21 de marzo de 2013

Precipicio.

Llegó un momento en el que pensé que todo iría bien, y entonces nos abrazamos; yo abracé su corazón y ella abrazó sus miedos... Yo caí y al final resultó que ella nunca había saltado.
Y es que es tan común sentirse seguro dentro de una ilusión, y tan cruel darse cuenta de la realidad, cuando la miras desde afuera.

Repentinamente.

Poco a poco empiezo a olvidar las canciones que me dedicaste, dejan de recordarme a ti canciones que antes llevaban tu nombre. 
No recuerdo tampoco tu risa, ni tu voz...incluso a veces olvido tu cara y tus gestos. 
Tu nombre en mi boca ya sabe amargo; en mi voz suena extraño, foráneo. Las líneas de los días que pasé contigo se hacen borrosas y ahora solo parecieran minutos.
No te llamo, tú sola apareces. Ya no me tocas si camino por la calle. Paso junto a ti y no te siento.
Sales de mi vida justo como llegaste...repentinamente.

viernes, 1 de marzo de 2013

Vida.

Tardé tal vez demasiado en darme cuenta y aceptar que eras vida. Eras vida, pero de esa que es mala, de esa que de pronto cambia y te deja sin aliento e inestable. 
Dabas vida, claro, pero también la quitabas, tan fácil como llegabas. ¡Y mira que llegaste fácil! Cuando todo empieza, lleva un ritmo plano, calmado, sereno...fácil. Pero luego te complicas y complicas, ¡qué pereza eso de verte y no poder contemplar tu belleza! Sentir tanto dolor y llenarme de tristeza. Qué desasosiego, corazón, yo que tanto te quise y tú que me dejaste sin razón. Tú que me dejaste en ese camino desolado, encerrada en un patio con candado. ¡Pero basta! Todo acaba y esa vida que me dabas, esa vida se esfumó. Conocí nuevos caminos y mi sonrisa regresó. 
No te preocupes, vida mía, en mi libro tu capítulo se escribió, solo no esperes que lo lea una y otra vez, no es tan tonto el corazón tonta la razón como para volver a caer.

Human After All.

No quiero sentir el paso del tiempo Me rehuso a aceptar que la tormenta que era mi abuelo, es apenas una llovizna ligera No quiero enfrentar...