lunes, 21 de abril de 2014

Quote



"Borra su número.

Deja de llamarla. Deja de mandarle mensajes. Deja de inventarte excusas para verla, para ir a su casa.


Borra su nombre de tu memoria. Retírate de su vida, completamente más de lo que quisieras pero completamente lo que ella merece. Sigue adelante, para que dejes que ella siga adelante. Cuando cierres los ojos, no verás su rostro. No más. No pensarás acerca de sus labios, el tibio esplendor de su piel cuando está acostada a tu lado, o cómo aprieta tu mano mientras duerme. No tienes permitido recordar el aroma de su perfume, que solamente toma té de menta (con miel), o que te ama.


Te ama.


Y te ha amado por demasiado tiempo.


Así que olvida cómo dice tu nombre. Olvida cómo te llama por tu nombre. Olvida cómo grita tu nombre. Olvida esa vez que te enfermaste y se desveló cuidándote, te dejó recostarte en su regazo mientras sostenía una compresa fría contra tu frente. Olvida cómo se siente su cabello entre tus dedos. Olvida cómo se ve con tu ropa puesta.

Olvídala.

Sé consciente de que ella existió en un punto de tu vida, pero despójate de toda esperanza de que pudiera existir en otro punto — algún lugar en el futuro que no quieres especificar porque no sabes lo que quieres. Aún. No es justo que entres y salgas de su vida a tu antojo. No es justo que digas que te sientes bien con "como están las cosas" y que tendrás tiempo de "pensar acerca de ello" después. Deja que pare de invertir emociones en ti. Deja que le dé ese amor y cuidado a la gente que la merece. A ella.

No le digas que piensas en ella todo el tiempo. No le digas que te molesta que esté con otras personas, pero que estás dispuesta a entenderlo mientras le sigas gustando más que ellas. No le digas que este no es el momento correcto pero que lo habrá. No habrá un momento correcto. Ella no tendría que estar esperando por el momento correcto.


No le digas que no puedes lidiar con sus ultimatums, que no te gusta la idea de finalmente darle cierre a su relación — lo que todavía queda de ella.

Lo que le estás dando a entender es que quieres seguirla conservando como una opción, que la estás dando por sentada, que quieres saber que ella va a estar ahí, que puedes depender de ella al final del día. Cuando te des cuenta que nadie más se ha quedado contigo o que los que se han quedado son menos interesantes, menos pensantes, o menos leales a ti.


Menos leales a ti.

Eso es lo que ella te ha brindado, todo el tiempo que llevas conociéndola: una muleta emocional constante, la garantía de estabilidad, una red de seguridad mientras tú intentas tomar objetos que brillan y resplandecen más que ella. No todo lo que brilla es oro, ¿no te has enterado?

Ella es fuego. Tú eres hielo, y tienes miedo de que su lento calor derrita tu frío, duro comportamiento. Eso es lo que ha controlado tus decisiones, tus acciones todo este tiempo: miedo. Eres una cobarde. Eres una hipócrita. Te aterroriza dejarla ir, pero temes que ella es muy buena para ti, que podría volverte loca, que te podrías asfixiar en sus llamas. Que ella es demasiado para ti en este momento.

En este momento.


Pero si eliges no amarla en este momento, no puedes elegir amarla después."


-Lauren Hooper

lunes, 7 de abril de 2014

On the road.

Tantas veces callamos gritos latentes que quizás el sonido se acumuló por dentro, ahogando el ruidero del entorno.
Te hago un espacio en mi vida, si decides quedarte.
Quito las rocas del camino, si quisieras acompañarme.
Te espero en el camino, te espero.

viernes, 4 de abril de 2014

Cartas en el aire.

Yo no existo, y esta carta nunca llegó a tus manos.
No tenía claro ya si hacer esto o no, pero decidí seguir mis impulsos y ya había masticado mucho el tema, así que opté por hacerlo.

Tengo tantas cosas que decirte, que un cuaderno no me alcanzó para contenerlas. Tuve que escribirte cartas en el aire, para luego ver cómo las quemaba el viento. Mi voz se volvió pluma, tu nombre muchas veces se convirtió en lamento y mi cuerpo no era más que un recipiente vacío.
Le exigí al viento que me explicara el porqué de tu partida, y me tocó escuchar cómo se burlaba de mi necedad. A veces me consolaba trayendo tu recuerdo, o al menos eso pensaba él, porque de consuelo no tenía mucho.
Últimamente me ha tocado vivir en incertidumbre, y han llegado veces en las que no me importa mostrarme débil mientras escribo, no he aprendido a amar como aquí juegan, ni me importa cuánto vivan mis amores. Yo amo mientras puedo, por eso estoy aquí contigo, por tu duda, por todo lo que no sabes ni averiguas; amo tus alas, tus vuelos, tus caderas donde termina mi noche, mi nostalgia…no me importa que no entiendas que te amo, que dudes y llores y preguntes y reclames.
A este corazón desvencijado que marcha a contratiempo, que llega siempre tarde, que arrastra los minutos y no sale de tu calle. A este corazón tan malhumorado, que ha estado en muchos puertos, que no supo amarrarse, que no me da la mano y cruza sin mirar a ambos lados. A este corazón que llama y cuelga, que teme a las visitas, que a veces se apaga horas enteras, que salta de improviso y la mayoría del tiempo no recuerda lo que sueña. A este corazón, tan triste y a la espera, se le ocurrió amarte y sin saber a ciencia cierta si era una buena apuesta, entregó todas sus fichas a la casa y perdió (¿o tal vez encontró?) el sentido con el que había vivido todo este tiempo.
En ocasiones pienso que ni tu amor era tan grande ni la paciencia mi condena. Cuando no me mata la espera, me mata el necesitarte. Tanto dije de ti, tanto de planear juntas, que me apuro a barrer mi casa, para ya no tener recuerdos tuyos.
Yo de ti fui tu vida más breve, tu amor eterno inconcluso; fui todo lo que soñé y que pude ser a tu lado, todo lo que fuimos, todo se vivió en algún sitio. Pero no fui motivo y me duele perder lo que nunca he tenido. Ahora retomo las frases, vuelvo a llenar hojas blancas de figuras negras, me hago un nudo permanente en la garganta, vuelvo a mirar lo que tengo, lo que nunca fue tuyo ni será de nuevo mío. Intento aprender a amarte de a pocos, media de amor y media de olvido. Por si volvieras, me quedo con algunos planes, con todo el valor…pero tonta que soy, olvido el dolor, olvido tu olvido.
Me pregunto cómo sería despertar una mañana sin tenerte y sin revisar el teléfono con esperanzas de que la pantalla me mostrara caracteres acomodados de manera estratégica, indicándome que me hablaste antes de irte a dormir. Me gustaría también pasar los días sin luchar con mis deseos de llamarte, de decirte algo tan simple y trivial como un “hola”. Me gustaría ser más fuerte que ellos y no sucumbir tantas veces. Ni siquiera me atreveré a hablar de las noches.
Hace poco me contaron un cuento, un cuento de independencia y libertad, en el cual me mataron. En la realidad del cuento, yo nunca me había enamorado, nunca había sentido la necesidad de correr a tus brazos en cuanto aparecieras en mi línea de visión. En ese cuento yo morí hace años, pero diré que morí hace poco porque apenas hace poco lo contaron. Mencionaba también que nunca me había sentido powerless, ni triste al no sentirme correspondida. “Un cuento de independencia y libertad”, me dijeron, y mientras me lo relataban, yo solo podía pensar en ti. En ti y en tus sueños, en ti en mis sueños, esos en los que la puerta siempre está abierta y la luz se cuela por las ventanas y las tejas de la casa blanca, revelando pequeñas partículas de ti que flotan en el espacio por el que te mueves. Todo es simple en mis sueños; los muebles, la estufa, nuestra cama. En mis sueños, tu risa lava el mundo a diario por la mañana, cada canción que escucho fue escrita para ti y no hay duda de ello; en mis sueños, despierto y me miro soñando contigo a mi lado todo el tiempo.
Viví mucho tiempo en la oscuridad, completamente sola. Tanto que me acostumbré a ella; sin embargo, no le tengo miedo a la luz, ni a la sombra que ésta genera.  No le tengo miedo a la soledad, pero le temo al hecho de estar sin ti.

Así, todo el tiempo me la paso escribiendo para y por ti. Llenando espacios blancos de pequeñas manchas negras que poco a poco me va costando más trabajo ver. Espacios en blanco ya no tan blancos que tal vez tú nunca llegarás a ver. Sí…practico el vandalismo en hojas de papel bond, eliminando los blancos con letras que poco a poco se van acomodando hasta cobrar un sentido (tal vez solo para mí) en común. Pero siempre dejo un espacio en blanco entre todas estas manchas vandálicas, esperando que algún día, con suerte, llegues tú a llenarlo. No me dejes con el cuaderno en blanco, no dejes mis canciones sin destinatario. Ya no más, no me hagas callarme de nuevo.

Silencio arrebatado.

Todas las palabras, todos los poemas que alguien más me hizo el favor de escribir. 
Todos los suspiros que escaparon de mis entrañas, todas las sonrisas que no pude contener.
Todos los sonidos que me hacen extrañarte, todas las calles que a pesar del tiempo huelen a ti.
Toda la gente que me conoce, toda la gente que conocí,
Revive por ratos en mi memoria, el recuerdo de aquella primera vez, cuando te vi.
Arranca de mis labios tu recuerdo, aléjame del torbellino que eres, irremediablemente.
Toda la vida que perdí, todos y cada uno de los papeles en los que escribí...
Todo aquello que sin serlo, se convirtió en tuyo, sin contarme a mí.

Human After All.

No quiero sentir el paso del tiempo Me rehuso a aceptar que la tormenta que era mi abuelo, es apenas una llovizna ligera No quiero enfrentar...