Yo quería llorar por ti.
Entonces me propuse hacerlo, me quité la ropa, entré a la bañera y dejé que el agua corriera. Así como corrió ésta, corrieron mis lágrimas. Una, dos, tres...diez. Entonces me obligué, forcé a mi cuerpo a seguir llorando, como cuando quieres forzarte a vomitar en estado de ebriedad, ¿si sabes? Esas arcadas falsas que haces para engañar a tu cuerpo y que haga lo que tú quieres.
¡QUIERO LLORAR!, me dije a mí misma. Llora, llora, llora, quiero desterrarte de mi mente de esta manera. Quiero decantar mis sentimientos a través de mis lagrimales. ¿Cómo era posible que, sintiendo tanto dolor, solo hubieran corrido diez lágrimas? ¡¿CÓMO?!
No entiendo el funcionamiento de mi cuerpo, no entendí cómo podía sentirme tan destrozada y no poder llorar, ¿de qué se trataba esto?
Me senté en la bañera, crucé mis rodillas y puse mi frente en la "V" que éstas creaban. Y quise llorar de nuevo. Y no pude.
Sí, lloré mientras me decías lo que temía saber.
Sí, lloré mientras asimilaba toda esa información.
Sí, lloré mientras te decía por última vez lo que sentía por ti.
Y entonces otra vez el suelo se abrió, dispuesto a tragarme y yo me quedé observándolo.
Ahí cesó el llanto. ¿Qué necesidad tenía yo de volver a caer? Ya me había pasado esto, era la misma situación con unos años encima. ¿Qué...? ¿Qué estoy haciendo aquí?
Ha pasado ya bastante tiempo desde que tocara aquel abismo sin saber cómo salir...pero espera, ya sabía cómo salir.
Ahh...vida, somos las dos caras de la misma moneda. No estoy dispuesta a caer de nuevo, no por ti.
Al contrario, estoy dispuesta a caminar alrededor de esa brecha para mí. Por el thrill del momento. Para disfrutar mi dolor, aprender de él. Cambiar, crecer.
Me rompiste, sí. Pero esta herida la haces sobre una cicatriz.
Ya no tengo más lágrimas para ti, ahórrate el discurso.
...A este corazón, tan triste y a la espera, se le ocurrió amarte.