¿Qué más puedo esperar de esta situación desordenada?
Quizá pueda decir que no quiero más amores, no por el temor a querer ni a entregarme, sino por negarme a caer; por no querer ya levantarme.
También podría declarar que no quiero más desfortunas.
Quisiera renunciar a tus ojos y a la forma que tienes de mirarme.
Ojalá pudiera ignorar lo fácil que te es desarmarme.
Tal vez podría decir que fui fuerte y volé muy alto, solo para caer y perderme.
Cambié tanto; al punto de mirarme al espejo sin reconocerme.
Si estuvo bien o estuvo mal, tal vez nunca podré saberlo.
Si te quise de más o me quise de menos.
Cambiamos, volvemos, caemos, lloramos, reímos.
¡Ah!, pero siempre nos levantamos.
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