jueves, 2 de marzo de 2023

Anfibio.

A veces olvido que pertenezco al agua.
He pasado tanto tiempo en tierra que cuando
por fin vuelvo a ella, tardo en acostumbrarme.
También generalmente me voy de ella
justo antes de acostumbrarme de más.

Mi lugar por ahora es la tierra.
Hasta ahora me había tratado tan bien
que no había notado cuánto extrañaba el agua.
Y qué sorpresa me llevé cuando, en tierra,
me pregunté si no quería regresar al mar.

Pienso que puede ser que mucho se deba a
que las heridas que cargaba eran de agua.
Todas se habían sanado con agua y aire de sal,
con calor y sudor de los que hacen llorar.
Pero siento que el mar ya no es mi hogar.

Cuando vuelvo al aire salado, muchas veces 
me siento suspendido en el tiempo.
Aunque he notado que cada vez que voy,
regreso al suelo cada vez más rápido.
Tal vez por eso ya no voy tanto.

Y de pronto la herida fue de tierra.
Y me pregunto si también sanará en el mar.
Y también cuánto tiempo podré suspenderme
en el tiempo antes de, sin querer, regresar.

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