Estoy harta del día si no te tengo. Estoy harta de la noche.
Estoy harta de esta transición sin razón alguna de existir, estoy harta de la monotonía.
¿Por qué entraste si tenías que huir? ¿Por qué me sonreíste si no te ibas a quedar?
Un día va, un día viene, un día llegas y otro pareciera que nunca estuviste.
Llegas, subes, abres la puerta y sonríes, es todo lo que necesito para quererte otra vez.
¿Por qué viniste a mi casa cuando me moría? ¿Por qué vimos esa película que tanto te gustaba?
Tú no viste la película, yo tampoco. Yo pensaba en ti y en el maravilloso detalle de tu presencia en mi vida.
Y es que, qué buen regalo era. Sin embargo, nunca me detuve a pensar qué pasaría cuando no estuvieras.
¿Por qué dejaste todo aquí, si ya te ibas? ¿Por qué me diste a guardar esto, si no regresarías?
Día, noche, día, noche. A veces tu voz, a veces tus ojos. A veces yo y a veces ella.
No entiendo tu obstinación, ya regresa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario