"Quiero hacerte una pregunta seria", me dijo. Yo reí, ya sabía qué tipo de preguntas eran sus preguntas serias, y después le dije que la hiciera ya.
"¿Por qué te gusto? ...estuve pensando en eso esta tarde y me di cuenta de que...sé que no es necesario tener cosas en común para gustarse pero, casi no compartimos gustos". Interrumpí su argumento, contestando a su cuestionamiento-afirmación que si no había pasado por su mente que tal vez esa era la causa principal de mi enamoramiento. Que somos lo que coloquialmente se conoce como "polos opuestos", en resumen. Y le hice entonces la misma cuestión que me presentó a mí, a lo cual me respondió que no iba a responder porque yo no había respondido lo que ella quería saber. Entonces me detuve a pensar un momento...¿cómo quería que le contestara en menos de lo que uno dice "mojarra encebollada" algo que requería de un serio análisis de la situación? Entonces solo reí, pensando en mis adentros que me tomaría un tiempo formular la respuesta indicada al cuestionamiento que me hizo. Y sufriendo la breve ausencia de su voz y su apariencia holográfica en mi vida, procedí a enunciar todas aquellas características que hacían de todo esto algo mucho más especial.
Comenzaré por decir que me desestabilizas. Y considerando que soy una persona a la que le gusta su temblorosa estabilidad, el que esto sea una razón para que me gustes, es algo muy serio. Me gusta ese desbalance que brindas a mi vida, los comentarios desatinados que a veces haces, la sonrisa que sin querer esbozas cuando te miro, y miro más allá de tu apariencia. Tu aroma, la mueca que haces al despertar, el suspiro que dejas escapar cuando me abrazas. Tu mente; ese intrincado laberinto al que me introdujiste sin instructivo hace algunos días atrás, esa enredadera de contradicciones que tanto disfruto y temo disfrutar. Tus ojos, tus pecas, tus cicatrices ocultas debajo de la ropa, tu risa y la manera en que te cubres el rostro cuando aquella se escapa, según tú para ocultarla porque dices que no te agrada. Qué irónico, ¿no crees? Que me guste algo que te disgusta. Y he allí otro punto importante: la dualidad intrínseca que existe cuando estoy contigo/cuando estás conmigo. Ese desbalance que encaja perfectamente con el mío, dando una sensación que tal vez sea falsa de lo ideal. Tu cuerpo, tu piel, cada centímetro que he deseado tener cada vez que tu recuerdo toca mi consciente, tu voz, tu silencio. Tu complejidad tan absurda que en ocasiones me hace querer estallar en risa, y otras en llanto.
Tu recuerdo, mi cimiento, mi lugar inseguro que se derrumbó conmigo dentro. Todo lo que tienes y lo que te hace falta, todo lo que te une y te separa de mí; toda la seguridad falsa que me brindas, toda la ilusión de imperfecta perfección. Y, sobre todo, la forma en que inconscientemente me haces mirarte y de alguna manera me robas todo el aire en el intento.
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