Hay días en que considero arriesgar todo por ir a buscarte y traerte de vuelta. Pero el primer paso siempre me falla; tal vez porque —en el fondo— sí sé dónde estás, o quizá porque sé que nada te hará volver.
Por ahora sigo vivo, permanezco aquí, pero todavía espero el golpe. De cuando un día amanezca y note todo lo que te llevaste, para de pronto caer en cuenta que todavía me hacía falta, todavía te necesitaba.
Pienso que te honro cada día (o al menos lo intento), regresando a ser yo. De vez en cuando reapareces en el reflejo de todo lo que hoy confío ser. Te observo en mi cotidianidad y solo pienso que agradezco todo lo que plantaste en mi jardín, y hoy veo crecer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario