No sé qué hacer... Cuando te miro, me puedo perder en tus ojos, en tu boca, en esa forma de hablar, esa forma de mirar, que puede penetrar hasta el fondo de mi alma; que me puede desarmar.
Caminar se hace fácil; correr no es la solución. Si estos demonios se fueran ya y me dejaran descansar, para el sol sería más fácil alumbrar...pero no, no pasará.
Por eso, yo dibujaré un mundo en el que nadie esté. Sin remordimientos, sin preocupación, sin análisis de corazón. Sin heridas...ni callejones sin salida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario