miércoles, 23 de octubre de 2024

Never let me Go.

Siempre querré volver a ser tú

Regresar a desconocer
Lo que he aprendido ahora
Volver a tener lo que tú tenías
y pensaste que no iba a acabar

Creo también que sabías
cosas que ya no recuerdo 
Y por más que he intentado 
Mantenerte aquí, no se puede

Es muy grave esta pérdida
De mirarte y saber que no volverás 
De recordar que olvidé
Cómo era querer

Te he soltado muchas ataduras ya
En este punto ya he raspado debajo
De todo lo que escondías
Y yo tampoco quería ver

Pero extraño
La libertad que desconocías tener
Y que no parezco poder
Cosechar de vuelta

Me falta mucho más 
Por limpiar y derrumbar
Tanto así que he llegado a aceptar
Que siempre voy a volver a querer ser tú

domingo, 20 de octubre de 2024

Jardines.

No estoy seguro de cómo se cuida este jardín de flores marchitas, ni sé cómo arreglar lo que no rompí.
Lo que fui antes ya no va a volver. Nunca volverá a llorar, pero tampoco volverá a sonreír. Cuando vuelvas (si vuelves), buscarás el reflejo de alguien que ya no existe. 
No podré darte la calma de antes, jamás te volveré a mirar y sentir que todo el amor cabe entre tú y yo. Tú no serás, tampoco, quien habitó mi hogar. Lo que encuentre de ti serán sus escazos restos. ¿Cuánto tiempo habré demorado en darme cuenta de que estaba muriendo otra vez? Atrapado en el limbo de la necesidad. De verte, de besarte, y sobre todo, de que me aceptes.

Todas las tizas se quebraron pero el pizarrón todavía conserva alguno que otro garabato. Quisiera decir que no me duele haberme quedado a esperar, o que no sabía que ibas a hacer que me fuera. Si pudiera, arrancaría de raíz este remolino de sentimientos que me envuelve cuando te pienso. Y sé que es por ahora, sé que es el momento, que no siempre va a doler así.

Pero también sé que siempre va a dolerme recordar que me encerré en tus brazos, que abandoné todo lo que había hecho para mí, y tú no fuiste capaz de sostenerme sin destruirme.

miércoles, 2 de octubre de 2024

Secretariat.

Estoy harto de no saber
Cómo querer, ser calma
Que el amor se vaya como
Agua entre mis manos 

De fiscalizar el cariño
Que no lleguemos al final
Y de rasgarme las cobijas
Por volver solo a casa

Estoy cansado de esta carrera
Imposible de ganar o dejar ir
Aunque me quede al final
O me rinda a la mitad

Quisiera saber con certeza
Si soy yo la fuente del mal
Si mi querer es dañino 
O por qué siempre pierdo

Ojalá pudiera parar este barco
Dejar de buscarte en miradas
Ajenas hasta volverlas mías
Y aceptar de una vez por todas
Que ya te fuiste, otra vez.

martes, 25 de junio de 2024

Seasons.

Vas a hacer de cuenta que no pasó.
Que no rompiste las sábanas, que no desacomodaste los cuadros, que no dejaste tu cepillo en el baño, tus cabellos en mi ropa, tu aroma en mi piel.
Vas a llenar la maleta con lo que quepa: las cartas, la paciencia, la calma que alguna vez existió, la sonrisa que era mía, el idioma que creamos, las lágrimas, los abrazos, las risas.

Vas a decir que, en realidad, no pasó nada.
Vas a pintar el cuarto, cortarte el cabello, cambiar cómo hablas, cómo miras, cómo tocas, cómo hueles.
A decir que mi nombre nunca existió en tus labios, que soy lo peor, que está prohibido para siempre, privado de ser mío otra vez.
Vas a decir que es lo mejor y vas a repetirlo las veces que sean hasta que logres creerlo.

Yo voy a decir que no fue para tanto.
Que no atravesé la incertidumbre constante, que no sentí el frío cuando me quedé afuera, que no me di cuenta de que nos perdimos buscando resguardo, que no tuve miedo.
Voy a seguir remendando las cobijas, seguir acomodando los cuadros, la casa, mi vida. Voy a seguir buscando lo que perdí, entre los jirones de lo que quedó.

Voy a decir que voy a estar bien.
Voy a acomodar las cajas, desempolvar los libros, sacar la basura, lavarme la cara.
Voy a jugar con los gatos, inventarles canciones nuevas, cargarlos hasta que aguanten. Voy a cambiar tu nombre de contacto, a inventar una nueva rutina donde ya no estés, a cambiar las fotos de buenos días por selfies para mi biblioteca de egolatría.

Pero me pregunto quién va a lidiar con todo lo demás.
Quién va a hablar de lo que pasó. Quién va a repetir la historia, con todo y moraleja, para todo incauto que la lea. Quién va a contar que nos quisimos y que no supimos sostenernos. Quién va a recordar los chistes locales y quién va a encargarse de los respaldos automáticos de las fotos. Quién va a acordarse de las canciones que te dediqué, y quién va a acordarse de las canciones que me dedicaste.

Me pregunto quién va a contener todo lo que se quedó suspendido, moribundo, agonizando. Me pregunto quién va a poder darle sepultura a todas las promesas que nos hicimos y no pudimos cumplirnos. Me pregunto quién puede decirme que todo va a estar bien. Que todo era cierto aunque, por ahora, parezca que no.

lunes, 24 de junio de 2024

Tormenta.

Hoy no habrá despedida, 
El día no empieza con tu nombre.
O sí, pero ya no estás para reclamarlo.
El cielo llora, las aves cantan, las nubes se abren y tú no estás aquí.
Tu nombre y todo lo que me quedaba por decirte, se quebró en mi pecho.
Todo el espacio que quedaba para albergar lo no dicho se llena, de pronto y sin avisar, de piedras que amenazan con hundirme.
Más allá de esta orilla donde me había refugiado, la tormenta se bate en mar abierto.
Todo lo cálido de pronto se vuelve hielo, me llama a la rendición, susurra mi nombre desde lo más profundo del dolor que jamás he querido atestiguar.
Quizá el alivio, quizá la ignorancia, quizá las ganas de rendirme. Algo me llevará hasta allá.
Pido descanso, quiero un resquicio.
Tan solo una pausa a la tormenta que se bate en mi interior, que amenaza con quebrarme.

domingo, 23 de junio de 2024

Cuestionarios.

¿Qué más hay detrás de un corazón derruido?
¿Qué misterio se esconde entre la risa atronadora de quien se quita la máscara saliendo del cuarto?
¿Cuántas veces se habrá pintado con el color del amor, para quedar vandalizado ante su incompetencia?
¿Qué de estas ruinas albergó, alguna vez, todo el cariño del mundo para después ser saqueada?
¿Cuántas de estas puertas habrán resguardado el tesoro más grande, el cariño más puro: el te amo, el te quiero más cálido?
¿Alguna vez, alguno de estos cristales rotos habrán reflejado tu rostro con tanta nitidez que te hiciera llorar?
¿Será que algún día estos pasillos repitieron tu nombre tan fuerte, como convencidos de que nadie más habitaría sus rincones?
¿Cuántas ruinas se necesitarán para erigir algo duradero, algo verdadero, algo real?
¿Qué camino nuevo o por construir hará que termine todo este caos interminable?

sábado, 9 de marzo de 2024

Human After All.

No quiero sentir el paso del tiempo
Me rehuso a aceptar que la tormenta que era mi abuelo, es apenas una llovizna ligera
No quiero enfrentar la pérdida de frente
Quizá soy cobarde por eso
O quizá soy solo humano
Y no he aprendido a asimilar ese dolor
No me gusta sentir cómo la herida supura
Para luego matarme sin aviso previo
Aunque el aviso haya sido la herida misma

Sé que no puedo huir de ella
No importa qué tan rápido o astuto me vuelva
A veces quisiera renunciar a esta naturaleza
A esta vida tan humana, tan efímera
Quisiera renunciar a sentir tanto de golpe
A que el paso del tiempo sea tan cruel
Y quizá un poco también, a este egoísmo
Que me lleva por esta línea de pensamiento
Pero no puedo dejar mi humanidad
No puedo evitar las despedidas inevitables

jueves, 15 de febrero de 2024

Dorian Grey.

Siento que nunca voy a dejar de pintar este cuadro. 
Cada vez que creo entintar la última línea, tengo que buscar maneras de desdibujarla.
A veces, cuando tengo suerte, se pinta encima sola; o lo noto hasta que ya volví a darle la [supuesta] última pincelada.
En realidad ya no puedo cargar este lienzo. Tantas capas han hecho que se vuelva imposible levantarlo del lugar donde lo puse.
No puedo recordar, tampoco, cuándo es que empecé a pintarlo exactamente. A lo mejor alguno de estos días vuelve a mí el recuerdo, más acompañado de certeza que de fantasía.
La realidad que asumo como absoluta, a veces también se desdibuja ante mis ojos mientras la nombro, y sería más traición que acierto forzarme a creer, siempre, que es permanente.
De vez en cuando menciono funerales de otros yos que han dejado una que otra pincelada antes de, junto con ella, irse para siempre.
Me pregunto, aunque también crea que ya conozco la respuesta, si les he honrado como merecen. Si he reconocido su trabajo, el esfuerzo, el supuesto fracaso.
Y con tanta incertidumbre, alguna que otra hipótesis, teorías infundadas, creencias fugaces y modas pasajeras, solo tengo una certeza: Ojalá nunca deje de pintar este cuadro.

martes, 23 de enero de 2024

Cure For Me.

Los colmillos que enmarcan estas fauces, me quiebran. Se clavan, se entierran, me atrapan.
¿Cuándo se volvió reja lo que antes fue camino para andar? No traigo las llaves del candado.
El timbre no sirve desde hace rato, y por más que he gritado, nadie ha abierto esta puerta.
No esperaba el frío del pórtico, no vine preparado, las chimeneas no me alumbran.
Traigo también las maletas, que pesan más con cada segundo que paso esperando.
No quiero irme, quisiera sentarme a contemplar lo que pasa afuera y adentro.
Escuchar la fiesta que me esperaba, pasar sin tocar el timbre, una sonrisa para recibirme.
La comida se va a enfriar, al atole le va a salir nata, los hielos van a ser solo agua en la mesa.
¿Qué tan fuerte es el bullicio de adentro, que no puedes escucharme gritando tu nombre?
Tampoco quiero este miedo, la duda, ni el duelo sobre lo que fue nuestro amor.
No lo quieres ver, anuncias que me vas a culpar por mi amor viajero.

jueves, 18 de enero de 2024

Choco.

Dice mi mamá que ya no se te veían tus ojazos verdes porque estabas cieguita. Tan solo espero que, aún en esa penumbra eterna, hayas sabido que estábamos al pendiente de ti y que siempre quisimos que estuvieras bien y feliz. 
Todavía me acuerdo cuando te encontramos. Algunas cosas están borrosas pero jamás voy a olvidar cómo te escondimos en el salón, abajo del pupitre de Paniagua y tapamos el hueco con su carpeta de Chococat para que no te salieras, y estuviste ahí todo el día. Hacíamos ruido o nos reíamos cuando llorabas, y mira que llorabas. Creo que de no haber sido por eso, hubiera pensado que eras muda. Luego te llevamos con Irene para que según te diera en adopción pero terminaste con nosotros de nuevo, aunque nunca estuvo planeado así. Primero te llamabas Chococat porque yo no sabía que tu pelaje ya nos decía que eras niña, pero la decisión fue fácil: tons que se llame Chocolata.
Mi gatita gigante, quisiera poder decir que fuiste mi primer gatito en la vida y aunque es cierto, no es del todo verdad porque al principio te creías perro. Yo no sé qué pasa en el más allá de los gatitos y los perros [ni se diga el de los humanos], pero algo en mí siente que volviste a encontrar al Pumba y ahora se hacen compañía y nos echan un ojo junto con Tazito, la Nena y Nina.
Lo que sí es verdad, es que fuiste de los primeros seres que me enseñaron a amar como es, sin querer ni esperar más de lo que el otro puede dar o ser. Nunca entendí exactamente por qué babeabas cuando te ponías tan feliz pero espero que nunca se me olvide la carita que ponías cuando llegabas al éxtasis del amor Chocolatal.
Ay Choco, jamás iba a estar listo para cuando te fueras. Todavía no sé qué voy a hacer cuando llegue a la casa y no estés ahí para bañarme y peinarme. Y todavía no puedo dejar de llorar cuando pienso en tu, por ahora, inconcebible ausencia.
Guardo mucha culpa en mi corazón. No entiendo por qué siempre enero es tan asquerosamente violento con nosotros, conmigo. Me presiona el pecho pensar que no pude darte un último besito o escuchar [ver, en realidad] tu maullidito en mute.
La última vez que te vi, estabas muy flaquita. Ya se te notaban un poquito los años, pero debo decir que te conservaste muy bien por mucho tiempo. Ojalá hubiera podido hacer algo para prevenir que tu calidad de vida disminuyera, aunque también creo que esa es solo mi percepción desde lejos.
Sé que cuidaste e intentaste acompañar a mi mamá hasta donde pudiste, y quiero que sepas que te lo agradezco.
Te voy a extrañar mucho, Choquito. Por ahora estoy muy triste y quisiera regresar el tiempo para poder darte un besito y decirte que está bien si ya estás cansada y te quieres ir.
Pero también atesoro el recuerdo de la última vez que te vi, y espero que sepas que jamás te voy a olvidar, ni mucho menos te voy a dejar de querer.

Nos vemos luego, Chocotet.

lunes, 8 de enero de 2024

A veces.

A veces no tengo ganas de esperarte
No quiero sentarme mientras te vistes
Ni salir al frío mientras te pones el suéter

A veces quisiera empujarte conmigo
Que no vamos a caer en nada dañino
Por más piedras que haya en el camino

A veces no sé a quién estás esperando
Caminas conmigo pero me sueltas la mano
Y detengo mi andar por esperarte

A veces no sé bien cómo abrazarte
No he perfeccionado el arte de sostener
Sin asfixiar, tampoco sin caerme

A veces pienso que puedo con todo
Que el mar que se quiebra en mí, me guía
O que el viento es una extensión de ti

A veces no me consta si hay espacio
En este lugar que anhelo habitar
Porque me expulsa cuando entro

A veces quisiera tener la certeza
De que algún día va a dejar de ser necesario
Tocar la puerta, porque ya va a estar abierta

Masita.

Sabes que, por dentro, soy una masita
Una babosa, un caracol con sal
Fuera de mi casa, más allá de la corteza
Se esconde algo que no se deja ver
Pero hincho el pecho, frunzo el ceño
Decido elegir qué escucho y qué no
Ignoro mi nombre aunque suene con mi voz
Fabrico la realidad que escojo habitar
La pinto con todo lo que escurre de mí
Jamás habría imaginado que el gris
Se iba a ver manchado de carmesí

Never let me Go.

Siempre querré volver a ser tú Regresar a desconocer Lo que he aprendido ahora Volver a tener lo que tú tenías y pensaste que no iba a acaba...